Un idiota, un accidente y un trabajo

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Para que voy a mentirles de cómo me encuentro, hace más de dos horas busco un atuendo para presentarme en mi entrevista y por supuesto quiero que ellos vean algo más que no sea una simple chica con aspiraciones de dibujante, mi cabello es largo y gracias a dios si lo ato no dará problemas, pero mi cuerpo me falla, soy de caderas anchas lo único que ocupo son pantalones sin embargo, díganme cómo voy a ir a una entrevista de trabajo luciendo como una verdadera Hippie, de manera que lo único que me salvara es pedir ayuda, bueno por suerte una gran persona de buen corazón me ayudara y su nombre es Clarisa, dejo mis papeles a mano para ir por busca de ropa dejando toda la mía tirada en alguna parte de esta habitación, con un suspiro tomo lo que necesito para irme, después de todo hoy debe de ser un buen día.

La primera entrevista de trabajo es el de una recepcionista en un restaurante italiano, algo sobre picola Italia, si tienen buena paga iré enseguida, se imaginan que tenga que tener algún título para eso o me digan que no soy presentable, sería mi fin- o casi- tomando el autobús para poder llegar a tiempo me doy cuenta que no conozco suficiente a esta ciudad, talvez pasaron años antes de que no mirara aquellos árboles, aunque siempre he pensado algo... porque diantres se demora uno tanto en llegar alguna parte – Que esperaban ser filosófica, pero bueno no lo soy, solo soy romántica- aunque siguiendo con el tema, la gente está toda tan ocupada buscando empleo o encerrado en una oficina perdiendo todos los días su vitalidad que cuando tienen tiempo, aunque sean solo diez minutos no saben qué hacer. Mirando la hora me doy cuenta que me falta muy poco para estar lista.

-Aquí me bajo.- Grite como una dama con ataques de macho pecho peludo.

-En la parada, no en plena calle señorita- no sea estúpida- falto.

-Emm, si claro.- Comenté con la cabeza agacha por la vergüenza

Cuando baje del autobús ya me estaba esperando Clarisa su sonrisa era muy tierna a pesar de que ella es solo unos años mayor que yo siempre me ha tratado como una hija, es la hija de unos Italianos sin embargo ella nunca me habla de ellos la conocí hace siete años, cuando todavía estudiaba más horas que las que dormía. Su cabello estaba corto a la altura de sus hombros y su piel seguía teniendo el tostado de verano como ella siempre me decía, todos los veranos obtengo un hermoso bronceado que me sigue todo el año.

-Clarisa, gracias por venir ayudarme.

-¿Por qué dices eso mi niña?- tomo fuerte de mi de manera que me apretó contra ella como si yo fuera a desaparecer, con dificultad le copie y supe que estaba en casa de verdad hace un año que no me sentía de esta manera.

-Sabes te extrañe mucho al parecer fueron dos años muy grandes y eternos.

-Si.

-Ahora si vamos a por tu ropa, debes de conseguir el mejor trabajo y cuidar de esta vieja que es tu amiga.

-No estas vieja cada vez estas más hermosa, me encanta tu cabello, ahora creo que andas por ahí conquistando hombres para dejarme sola y desamparada.- Dramatice cada palabra mientras caminábamos.

-No, ya eso de andar en busca de hombres me aburrió, ya odio a los hombres que se valla a la punta del cerro si ellos quieren ahí talvez hay mujeres como ellos quieres, la última vez un tipo quiso acostarse conmigo porque me veía desesperada yo solo le hable de que llovería, ¿te imaginas eso?, pero bueno le llame pervertido y todos lo sacaron de donde estaba, por un momento sentí pena por él, sin embargo todo se debe a algo, creo que iré una temporada a Italia querida, mi abuela me llamo hace más de diez años que no lo hace.

-Pero tú me dijiste que con tu familia no se llevan muy bien.

-Me echaron después de descubrir que estuve con un socio de ellos, era una de dos o me casaba con él o me iba de su casa.

Solo por 8 meses Donde viven las historias. Descúbrelo ahora