Uno

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Después de ir al doctor y recibir toda la información escrita, se enfrentó a la cruel realidad de la discapacidad auditiva.

Jamás podría escuchar música de nuevo, ni su despertador, ni los pájaros que se posan sobre los árboles afuera del salón de clases.

Ni la voz de su madre, ni los autos en la calle.

Y miraba el suelo.

Perdido en un constante zumbido que le molestaba, pensando, torturando su propio ser en un mar de emociones negativas.

Su madre, quien lo acompañaba le entregó otra hoja de papel que decía; te darán tratamiento, y te harán análisis.

Asintió y regresó la mirada al suelo.

Estaba devastado.

Sordera (Freddedy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora