Setenta y nueve

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Freddy se calmó, parecía hipnotizado por los grises ojos del contrario, que eran casi rojizos, como los de las personas albinas, que por la falta de melanina sus ojos de tiñen de rosado.

— ¿Estás bien? — preguntó en señas Fred.

Lo extraño era que su rostro no mostraba señales de estar preocupado o algo parecido, en más, su expresión era una que tranquilizaba.

Que te decía; todo estará bien.

— Sí... Estoy bien. — respondió en voz el castaño.

Fred sonrió, su mano derecha de paseo por el rostro de Freddy acariciándolo; — Tu voz es hermosa.

Sordera (Freddedy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora