Ochenta y tres

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— ¿Has dicho algo? — preguntó Freddy en señas al separar del abrazo de Fred.

El azabache sonrió, bajó la cabeza y negó lentamente. Al mirarle de nuevo sus ojos se habían entre cerrado haciéndole pequeñas y perfectas arrugas en las orillas, precisamente por la gran sonrisa que le daba. 

— ¿Qué pasa? — preguntó de nuevo algo divertido Freddy.

— Es que eres muy lindo, Freddy. — Le respondió el otro —, Por favor, no te alejes de mi nunca.

Sordera (Freddedy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora