Fred iba corriendo, a tomar un taxi, Freddy se había perdido y le había mensajeado asustado, sin saber con quien más hablar.
Mientras tanto, Deuz miraba el plato de su exnovio a medio terminar. Tomó un trozo de pan y se lo llevó a la boca; — Maldición.
Tapó sus ojos con una mano, y limpió rápidamente las lágrimas que le caían por las mejillas.
¿Algún día dejaría de amarlo?
Se arrepentía cada segundo de su vida el haber engañado a ese chico por otro que no le hacía sentir nada.
— ¿Se encuentra bien? — le preguntó la mesera.
Deuz negó lentamente con la cabeza, luego volteó a ver a la chica limpiando aún sus ojos, ya no se notaban las lágrimas pero los tenía un poco rojos.
— La cuenta por favor.