Deuz infló sus mejillas, se agachó y desde las piernas cargó a Fred llevándolo a su habitación.
— ¡¿Oye idiota, qué crees que haces?!
Lo tiro en la cama y se le puso enfrente, las piernas de Fred quedaron a cada costado del moreno; — Voy a hacerte feliz, para que dejes de llorar, y no lo hagas nunca más.
— Llorar de vez en cuándo está bien.
Deuz sonrió un poco triste, sus dedos se pasaron por el cuerpo de Fred, dándole caricias que de vez en cuando le erizaban la piel; — Sí pero, sólo sí después te sientes mejor.
Se le acercó hasta besarlo.
Y Fred trató de evitarlo, pero en este tipo de cosas Deuz solía ser controlador y algo agresivo.
