El semáforo estaba en verde, los autos pasaban frente a él, era cómo sí fuesen abejas, reproduciendo todos un sonido agudo constante.
El semáforo cambió a rojo, y Freddy dio un paso al frente, aunque inmediatamente fue detenido del hombro.
Aun auto pasó a todo velocidad dando vuelta en la esquina. Que peligroso era ir distraído por la calle, sumándole que no escuchará el auto que venía.
Volteó algo angustiado, ¿cómo le daría las gracias a quien lo salvó sí no podía hablar? ¿entendería el lenguaje de señas?
Por qué sabía algunas palabras básicas, como, hola, adiós, gracias, perdón, soy sordo, no hablo, entre otras.
Para su sorpresa quien estaba frente a él era Fred, con una sonrisa, y con una mano le dijo; — Tan cuidado.
Freddy asintió; — Lo siento. — dijo colocando su mano en la barbilla llevándola lentamente abajo, así se disculpaba en señas.
Fred le tomó de la mano y como sí de un niño pequeño se trata de lo ayudó a cruzar la calle.
