— Hey, vamos a almorzar. — dijo Deuz colgándose del cuello de Fred.
— Ya voy.
Tomó sus cosas, el billete que su madre le había dado el día anterior y se dejó arrastrar por el moreno.
Compraron rebanadas de pizza de la cafetería y fueron al patio trasero a comer. Ahí casi nunca había nadie.
— ¿Cómo ya fue ayer en tus clases? — preguntó el moreno mordiendo su comida.
— Bien, ahora ayudo a ese chico que te mencioné. Se llama Freddy.
Deuz tragó, e hizo una mueca torciendo los labios. Puso su comida detrás de él y se acercó a Fred, le tomó la barbilla obligando a que lo mirara; — Ese chico me pone celoso.
Fred la volteó a ver confundido, le dio otra mordida a su rebanada de pizza, casi como sí lo ignorara; — Pero sólo somos amigos. Y lo acabo de conocer.