Llegaron a un centro comercial cercano a la zona, era un lugar pequeño para tener tantos locales.
Se sentaron en el comedor público compraron dos sundaes.
— ¿Porque faltase a clases? — preguntó Fred.
Su acompañante comía dudoso de la respuesta; — No sé, yo...
El lugar estaba bastante vacío, aquel lunes por la mañana. Nadie los vería sí se tomaban de las manos, o sí se repartían unos cuantos besos. Fred esta ansioso por hacerlo. Pero no le parecía que fuese el momento correcto.
— Freddy. Puedes contarme lo que quieras.
El castaño le miró con una expresión de tristeza inocente y habló, con su propia voz; — Me gustas... — susurró.
A Fred se le aceleró el corazón, porque no esperaba escucharlo de él después de no haberlo besado; — Freddy...
— Yo sé que tienes novio. — dijo Freddy en señas —, Pero quería que lo supieras, porque tu linda forma de tratarme me confunde, y me duele que me mires como sí me amarás cuándo estás con alguien más...
— Freddy yo no...
— ¡No me mientras más por favor! — respondió con movimientos bruscos y exagerados, con esa expresión que te dice; no me mires, estoy a punto de llorar.