Florecer

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🔥🔥🔥🔥🔥Situación sexual no consensuada🔥🔥🔥🔥🔥🔥





-¿Sigues dormido?- el muchacho gruñó sin moverse y Tanjirou apoyó sus labios en su mejilla, sonriendo- tenemos qué acabar la tarea-


-No necesito tanto pasar esa materia como dormir ahora mismo- balbuceó, jalando las manos de Tanjirou para que lo abrazara, recargándose en la almohada, escuchando su risa desde su pecho.


-Ni Rokuta es tan berrinchudo- besó su cabello, apoyando su mejilla después. En realidad él también estaba cansado. Estaban en los últimos días del periodo escolar y eso siempre significaba trabajo extra. Además el que su padre integrara en su menú un cierto postre muy de moda en las redes sociales había abarrotado su pequeño negocio familiar de un día al siguiente- anda, Zenitsu. Todavía falta lo que dejó el profesor Shinazugawa- no obtuvo respuesta y apretó los labios, levantándose apenas sobre sus codos para ver el perfil de su acompañante- deja el capricho- se inclinó para besar su mejilla.


-Tú fuiste el que dijo que tomáramos una siesta- 


-Pero ya pasó más de una hora- bufó, sacudiendo al muchacho que apretó más sus manos contra él, ovillándose- no tienes remedio- suspiró contra su oreja, besando su mejilla, bajando apenas a su mandíbula. Zenitsu suspiró, ladeando el cuello, dejando que el cabello le cayera por la nuca para dejarlo despejado, expuesto. Los ojos le brillaron por la avaricia de esa piel ambarina. Se lamió los labios, sintiéndolos demasiado secos, antes de ponerlos en su cuello. Zenitsu apenas inspiró  y Tanjirou bajó sus manos de su pecho a su cintura, con el índice delineando el borde de su camisa y el cinturón. Metió su mano en su camisa, acariciando su abdomen, sintiendo cómo se contraía por lo repentino del tacto pero cómo volvía a relajarse. Sus labios seguían en su cuello, sólo ahí, presionando, con su palma extendida en su vientre, subiendo , teniendo qué pegarse más para alcanzar su pecho. Abrió los labios, nervioso, esperando el momento en que Zenitsu lo empujara, pero en su lugar sintió sus dedos en su cabello, pidiéndole que siguiera. Pasó su lengua por el borde de su cuello, escuchando el suspiro alargado del muchacho intentando reprimirse, la manera en que sus caderas retrocedían hacia él, buscándole. Miró por encima hacia la puerta, pensando que quizá los habían visto dormidos y su madre les había pedido que los dejaran solos un momento. Tentó sobre el cinturón de Zenitsu, desabrochándolo con una mano, con la otra todavía acariciando su vientre, su lengua en su cuello, subiendo a su oreja, mordiéndole, lamiéndole- ¿Puedo?-  preguntó antes de bajarle el cierre y Zenitsu asintió. Coló su mano y los dedos de Zenitsu en su cabello se cerraron, jalándole- auch-


-Perdón- jadeó, ladeando más el cuello, esperando que los labios de Tanjirou volvieran ahí, mientras su mano le tentaba sobre el bóxer, tímido, midiendo. Abrió las piernas, poniendo una encima de las de Tanjirou, con el trasero rozando su entrepierna, lo escuchó jadear, lo sintió  acercarlo más- muérdeme- demandó y Tanjirou obedeció, clavando apenas los dientes en su piel, haciéndolo gemir hondamente. Se mordió los labios, cerrando fuerte los ojos.


-Nos van a escuchar- delineó su oreja con su lengua, bajando de nuevo a su cuello, a su nuca, con una mano en su cadera para mantener la cercanía y la otra tocándole por encima de la ropa, su pulgar recorriendo toda la extensión hasta sentir la punta humedecer el bóxer- ¿En qué momento te pusiste así?-

Rojo CerezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora