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-Auch, Zenitsu, cálmate, me estás lastimando- Tanjirou debió apartar la mano de su brazo por la fuerza con la que sus uñas se clavaban incluso a través del suéter- ¿Qué pasa?-


-Nada- tartamudeó, intentando apartar su mano, sólo logrando rodear la cintura de Tanjirou y esconder su rostro en su espalda, cerrando los ojos - ojalá Kaigaku me hubiera permitido cuidarlo en lugar de hacerme venir solo a la escuela-


-¿Kaikagu está enfermo? Lo siento por él, pero en realidad me alegra que al menos podamos caminar solos a la escuela- suspiró, acariciando la mano de Zenitsu en su cintura- ¿ Estás bien? Estás más nervioso que de costumbre-


-¿Que de costumbre? Lo dices como si fuera un miedoso- resopló, deteniéndose para abrazar con más fuerza al muchacho- sé que estoy hablando mucho de esto y no quiero que te preocupes-


-Pero...-

-Creerás que estoy exagerando, quizá. Pero el día que salí de tu casa, un hombre...- suspiró, negando- es una tontería, quizá sólo fueron suposiciones mías. Pero me hizo sentir un poco incómodo. Dijo que era profesor en nuestro colegio pero tenía más pinta de vándalo que de profesor-


-¿Por qué no me dijiste, cariño?- se giró para hacerlo mirarle, pero Zenitsu se ocultó en su pecho- Pudiste llamarme en ese momento y hubiera ido por ti-


-Pensé que estarías enfadado por la forma en la que me fui. Estaba muy frustrado-


- Son cosas muy diferentes. Si te sientes en peligro, debes llamarme, o a Kaigaku. No sabemos quién te ha estado molestando o qué intenciones tiene-


-No soy tan débil para no poder defenderme- sonrió, de alguna manera complacido por la seguridad que le transmitía Tanjirou- aunque el tipo era enorme e intimidante, tuve mucho miedo- 


-Eres muy valiente, cariño- se inclinó para besar su cabello, jalándolo de la mano para que continuaran caminando- mejor nos apuramos o se nos hará tarde ¿Tienes algún plan para cuando salgamos de clases?-


-Kaigaku me pidió de favor que le entregara una tarea a su profesor de arte. Dice que el tipo es insufrible, no le importa si estás en coma, si no le entregas las tareas te baja puntos. Sabes que él y yo necesitamos de nuestras becas para ayudar al abuelo en casa, así que realmente no podemos permitirnos bajar las notas-


-Está bien, cariño. Pero preferiría esperarte, si no te molesta. Quizá nos de tiempo de pasar al café que vimos la otra vez ¿Recuerdas? Tenías muchas ganas de probar el postre de durazno- Zenitsu le besó la mejilla entre risas. Llegaron a la escuela y las clases transcurrían con esa lenta parsimonia de la rutina, el puente entre el deber y la integración. Apenas sintió el tiempo transcurrir cuando las clases terminaron y debió apurarse a guardar sus útiles, darle un rápido beso a Tanjirou, quien lo esperaría en la entrada de la escuela, despedirse de Inosuke y Nezuko antes de caminar hacia el salón de artes. Le pareció algo curioso que tras todos esos años en la escuela, nunca hubiera puesto un pie en los salones de cursos avanzados. Se sonrojó al descubrirse imaginándose a Tanjirou y él besándose en la soledad de esos pasillos. Se acomodó la mochila en el hombro, intentando recordar el salón exacto. Tocó dos veces.

Rojo CerezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora