Gretchen
Al despertar siento un peso en mis piernas y me levanto un poco recargándome en mis codos para ver a mi perro, Legolas, cómodamente acostado sobre mí.
—¿Cómo paso esto?, tú estabas en tu cama —mi perro al escucharme se despierta volteando apenas un poco su cabeza para mirarme adormilado— que desperdicio está resultando la compra de tu cama nueva.
De pronto Jaden abre mi puerta y entra sentándose en mi cama.
—Parece que hoy es el día de hagan bola en la cama de Gretchen. —digo mientras empujo al nuevo parásito de mi cama, volviendo a taparme pero cuando caigo en cuenta de que mi amigo esta aquí me destapo la cara confundida — Y tú, ¿acaso no te enseñaron a tocar la puerta?, pude estar desnuda o algo, además ¿qué haces acá tan temprano?, ¿quién te dejo pasar? —gruño cerrando los ojos y acomodándome para volver a dormir.
—Pero no lo estás haciendo, estabas dormida cubierta con ese pijama tierna de patos, así que ahorrátelo y fue tu tía quien me dejo pasar —el muy hijo de puta jala la cobija y de inmediato camina para abrir las cortinas, molesta le lanzo mi almohada pero él la atrapa ignorando mi enojo— cámbiate en menos de una hora nos vamos.
Volteo a ver el reloj confundida y frunzo el ceño.
—Son las siete, en vacaciones, ¿qué quieres hacer a esta hora?, maldito psicópata.
—Anda ya, iremos a caminar al parque, un poco de ejercicio no hace mal a nadie, ni siquiera sudarás, solo levanta —se da la vuelta y sale del cuarto sin mas.
Gimo molesta por el inicio de mi mañana y tras un par de segundos odiando mi existencia y a Jaden decido hacerle caso y me levanto, me arreglo a regañadientes, agarro una manzana y justo cuando estoy agarrando mi celular de la mesa de noche al lado de mi cama, escucho la bocina del auto de mi amigo afuera apurando.
Suspiro armándome de paciencia, odio que me apuren, y bajo de nuevo en camino a la puerta.
—¿A dónde tan temprano? —cuestiona mi tía desde la cocina.
Doy un salto asustada y un par de segundos después entra en mi campo de visión aún en pijama y con una taza de café en las manos.
—Oh, pensé ya no estaban, últimamente se van muy temprano a trabajar —toco mi pecho espantada—iré a caminar un rato con Jaden al parque, igual me sorprendió, demasiado temprano para mi gusto.
—Así que para eso venía, tuve que levantarme de la cama para abrirle al chico, William ni siquiera se movió y me mandó a mí —comenta rodando los ojos.
Hay unas ojeras gigantes debajo de sus ojos.
—Deberían ser más accesibles en tiempos tus jefes tía, los matarán de cansancio a este paso.
—Solo será un corto tiempo más, sobreviviremos —se acerca dejando un beso en mi frente y comienza a subir las escaleras —diviértete querida.
—Claro, hasta más tarde.
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Metanoia
Teen FictionHan pasado casi cinco años del cambio tan enorme que tomó la vida de Gretchen al momento de perder a sus padres, tiempo en el que inició de cero en un nuevo lugar siendo al fin feliz luego de tanto. Pero lo bueno dura poco y esto toma sentido para e...