Capítulo 20

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Gretchen

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Gretchen

Maratón 2/2

Todo está sucediendo muy rápido, hace, ya pronto tres meses, que toda esta locura de espías comenzó, Damon se enoja cuando digo que somos espías, yo no soy más que un cero a la izquierda aquí, por lo único que existo es por mis padres, su importancia aquí y su amistad tan vieja con quien dirige todo.

Ya casi no convivo con Damon, dejo de ser mi instructor hace más de mes y medio cuando le asignaron un trabajo de campo y el alivio que demostró cuando se enteró me ofendió un poco, sé que no somos amigos, nos soportamos y ya básicamente, pero yo si echare un poco de menos al mastodonte y su eterna cara de fastidio a todo lo que respire.

Pero no todo es malo, desde eso cada vez se me da mejor ignorar lo que me atormenta en pesadillas cada que cierro los ojos, Liam se convirtió en el sustituto de Damon a petición mía y Luck nos acompaña tres días a la semana en clases de combate, al parecer a él si se le da bien, pero su puntería es un asco.

Además a pesar de que resulte muy buena manejando pistolas descubrí mi gusto por dagas, para que dar puñetazos si puedes dar cuchillazos que como lo des le dolerá, oh, eso es otra cosa nueva, mis pensamientos algunas veces se tornan ligeramente agresivos y levemente violentos, pero como decía, las dagas y yo nos volvimos mejores amigas, no diré que soy la mejor usándolas en defensa pero no voy nada mal.

Me gustaría ver a Damon y refregarle en el rostro como mejore con su mejor amigo de maestro, bueno, Liam dice que son mejores amigos pero no me termina de convencer que esa piedra tenga un mejor amigo sin ánimos de ofender.

Como sea, debo admitir que una parte de mí se encuentra aterrada de todo esto, me parece tan irreal que hace un tiempo me encontraba deseando solo morir y acabar con lo que pasaba encerrada, de alguna forma me encontraron y ahora estoy bien, todo es tan tranquilo que asusta.

Es tan extraño para mi esta nueva realidad, bueno más que nada cambia solo por el hecho de entrenar, no es que me manden a trabajos de campo o me permitan entrar a reuniones a pesar de las veces que se los he pedido, deseo adentrarme más en todo esto, seria de cierta forma como acercarme a mis padres.

Pero no, aunque en los entrenamientos me traten sin cuidado, lo cual agradezco, si no me trataran como un igual seria desesperante, cuando quiero hacer algo más que entrenar comienzan los tratos como si fuera un jarrito de cristal.

Es desesperante, bipolares.

Salgo abruptamente de mis pensamientos cuando alguien me pica las costillas espantándome provocando que grite y media cafetería voltio a vernos.

— ¿Qué mierda te pasa? —miro mal a Jaden manoteando su mano lejos de mí.

Oh eso es algo más nuevo, comencé la carrera hace dos meses, mis tíos me propusieron un año sabático, insisten en que ya pase mucho y debería descansar, pero me negué, ya me habían aceptado en la escuela que quería una de las mejores en Nueva York.

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