Capítulo 17

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Gretchen

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Gretchen

Por la puerta aparece la cabecita pelinegra de Lía, en cuanto entro en su visión corre hasta tirarse sobre mi sofocándome. Me duele como un demonio su peso sobre mi pero finjo que no abrazándola.

Unos segundos más tarde entran mis tíos junto con Austin, mientras mi primo se sienta al lado del desconocido ignorando su presencia con la cabeza gacha, mi tía Daniela quita a su hija de mi regazo regañándola en murmuros.

Por último entra Luck y joder si no lo eché de menos, odié nuestra última convivencia, pensar que no lo vería de nuevo formo un agujero en mi estómago, pero aquí estamos.

Lo miro sintiendo como lagrimas se aglomeran en mis ojos y el igual suspira alejando las suyas cuando nuestras miradas se cruzan.

Antes de darme cuenta ya tengo a mi hermano mayor rodeándome en sus brazos preocupado, un momento después siento a mi familia entera abrazándome como pueden por los cables y la cama, pero de nuevo termino con Lía sobre mí, Austin se acomoda a mi lado recargando su cabeza en mi cuello y los otros tres se turnaron en abrazarme con cuidado.

Igual el daño ya estaba hecho, aún estaba sofocada y adolorida por mi pequeña prima, pero valía la pena.

No podía con la dicha de estar un momento más con ellos y no podía esperar a volver a mi vida normal, ver a mis amigos, por dios mi perro, como lo extraño.

Así fue como perdimos la próxima como media hora solo hablando y abrazos cada tanto, fingiendo que nada malo ha pasado, posponiendo cuanto se pudiera el dar la cara a la realidad.

En algún momento se fue el tal Damon dejándonos solos. Ese chico es como la humedad, si, se parecen, llegan y se van sin que te des cuenta, no sé si mi metáfora está bien pero lo tomaré.

De repente alguien toca la puerta extrañándonos a todos, menos a mi tía quien luce nerviosa de repente ganándose miradas cada tanto por parte de su esposo y mías.

Una cabellera pelirroja es lo primero que veo asomarse por detrás de la puerta, usando unas gafas de sol y un paliacate como bufanda, ¿qué carajo?

Detrás de ella entra un hombre con el cabello negro e igual gafas pero en vez del paliacate es un enorme abrigo tan negro como su cabello.

¿Acaso entre a Matrix y me lo perdí?

Miro desconfiada a las personas pero mi instinto, alguna parte de mi sabe quién son. Volteo con mi tía esperando alguna explicación pero todo el cuarto está sumergido en un profundo silencio.

—Vaya sí que me golpeé la cabeza, ¿solo yo veo a chico malo y abuelita joven? —miro de reojo al los extraños.

Mi tía toma a sus hijos y esposo sacándolos a empujones insistiendo en dejarnos solos a mi hermano y a mí con...ellos cerrando la puerta detrás de ellos, que buena familia.

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