Capítulo 1

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Gretchen

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Gretchen

El sonido de mi despertador hace presencia después de dos largos meses de vacaciones y no es bien recibido por lo que le lanzo la almohada y él grita de sorpresa. Mi pequeño primo Austin me mira mal, el pequeño no soporta que la gente sea impuntual y sabiendo lo mala que soy para despertarme y la cantidad de despertadores que destroce, terminó por hacerse mi alarma.

—¿Qué te pasa? —grita y me la devuelve golpeando mi brazo.

—Buenos días Aus ¿Qué tal dormiste?

—Acostado.

—Jaja, no dejes la escuela, para comediante no das.

—Tan amable como siempre, pero ya levántate en una hora nos vamos a la escuela, hoy debo llegar antes —al escucharlo me levanto rápido y él me mira raro.

—Sabes que dije una hora no diez minutos ¿verdad?

—Me gusta verme bien pequeño demonio y seguro ahora luzco como mapache en cautiverio.

—¿Ahora? Yo diría siempre.

Lo volteo a ver ofendida y no tardo en aventarlo fuera de mi cuarto estrellándole la puerta en sus narices.

—Niño igualado —murmuro.

—Bueno voy a despertar a Luck, no tardes —grita a través de la puerta.

—Ojalá te caigas y te raspes —respondo caminando hacia el armario.

Tomo una toalla y me meto a bañar a toda prisa, cuando salgo me seco el cabello dejándolo caer con sus ondas castañas naturales, me pongo un pantalón negro ajustado, una blusa simple rosa palo con un suéter blanco de lana encima, unos botines y lista.

Antes de salir de mi cuarto me siento en mi cama tomando la foto que tengo con mis padres a un lado de mi cama —fue de las últimas que nos tomamos y es un recuerdo lindo— como los extraño.

—Hoy vuelvo a la escuela, mi último primer día en el instituto —susurro hacia la foto, sintiéndome nostálgica— me acuerdo cuando decían que en este momento estaría nerviosa por lo que me depara el mundo, que de seguro ya conocería al chico de mis sueños, como ustedes dos se conocieron —sigo recordando la historia que tantas veces pedí escuchar— quisiera que estuvieran aquí, echándome del cuarto porque llego tarde o solo abrazándome y diciéndome lo felices que están de vernos crecer a Luck y a mí.

—Estarían orgullosos de ver la maravillosa mujer que eres, papá que sale con escopeta a espantar chicos y mamá te estaría molestándote por estar soltera —doy un salto por la sorpresa y miro a mi hermano que no tarda en entrar al cuarto y sentarse a mi lado— desde donde estén, están viéndonos, orgullosos de lo que somos hoy, princesa.

—Sé que sí, solo... nunca deja de doler no tenerlos aquí, sé que han pasado muchos años, pero siguen haciéndome falta —lo miro con una sonrisa triste.

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