¿Que tanto puede doler el alma cundo está llena de recuerdos, esperanzas y promesas vacías? ¿Puede doler más? ¿Cuánto daño eres capaz de hacer? Que ni mi alma salió ilesa de este encuentro.
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Una historia donde el amor se pone a prueba, una y otra...
Luego de acabar el vivo, Ignacio comenzó a besarme haciendo que me olvidara por completo de mi autocontrol.
Su tacto en mi piel hacía que mi mente se pusiera totalmente en blanco. Me traía mal y no creía poder aguantar más.
Tomé el control y lo llevé al sofá para así sentarme sobre él. Comencé a besarlo y sólo nos separábamos para tomar aire cuando era necesario.
Entre besos me preguntó si estaba segura de lo que quería hacer y si, estaba muy segura de lo que quería hacer.
- ¿sofá o cama? — respondí para volver a besarlo
"Con vos donde sea" respondió él haciendo que me sintiera la mujer más deseada del mundo.
Entre un beso y otro comencé a quitar su ropa y él la mía hasta quedar solo en la ropa interior.
- Sam... — lo escuche decir en un pequeño susurro
No habló más, me levantó en sus brazos y me llevó a su habitación.
Me acostó sobre su cama y se acomodó sobre mí besando todo mi cuerpo en el proceso.
Sentí su entrepierna endurecerse cada vez más mientras me besaba.
- Me volvés loco — habló mientras yo apenas podía concentrarme en escucharlo.
Este bajo nuevamente y quitó mi tanga quedándonos ambos completamente desnudos.
Se separa de mi un momento para caminar al baño y volver con el forro en mano.
Al volver a la cama se colocó el forro y volvió a besarme, se acomodó más cerca mío hasta que entró haciendo que me estremeciera de placer.
Luego, volví a tomar el control y me acomode sobre él haciéndolo entrar nuevamente en mi para moverme suavemente mientras lo besaba.
- Me tenés re mal — dijo entre jadeos
- Esa es la intención— respondí intentando recuperar el aire pero no duró mucho, lo volví a besar
Sentía su cuerpo junto al mío y no deseaba estar en ningún otro lugar. Solo con él.
Y así entre toda la noche, entre besos y ganas. Hasta llegar los dos al punto y quedarnos ahí, acostados.
Ignacio se recostó de mi pecho y yo solo comencé a sobarle el cabello mientras él hablaba.
- ¿Te quedas esta noche acá? No quiero que vayas sola a tu casa a esta hora... — me preguntó haciéndome dudar un poco sin embargo, acepté
- Si, solo si me cocinas algo mañana — le dije riendo y el asintió
- ¿Nos bañamos? — dijo mirándome mientras hacía un puchero yo solo me paré y caminé — Mañana te cocino lo que vos querás...
Comencé a reír y vi como él tomaba mi celular, se tomó una foto y luego lo soltó para caminar junto a mi hacía el baño.
- Que orto que tenes flaca — tomo su mano y la llevo a mi culo — Que te garcho toda acá
- ¿Das? ¿O ya te cansaste? Na' dejalo no creo que aguantes un segundo round — guiñé mi ojo y comencé a caminar para el baño
- Ah, que hablas vos pelotuda — se paró de la cama y me corrió hasta el baño, me tomó de la cintura pegándome nuevamente a él y su erección. — Y ahora quien no da...
Comenzó a besarme nuevamente y ahí estábamos, muy listos los dos para el segundo round y si... si que dio.
Después de un muy buen rato en el baño salimos y él comenzó a fumarse un porro mientras yo me vestía con su camiseta y me iba a la cama.
Tomé mi celular y comencé a ver que tenía muchísimos mensajes, entre a mi Instagram y entendí el porqué...
Nacho había tomado una foto suya en la cama y la había subido a mi historia...
@samyvaldez • 30 minutos
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Comencé a reír y este me miró riendo también
- Más vale que sea cierto y mañana no muera de hambre — dije intentando poner un tono bastante fuerte, pero no me salió
Él acabó el porro y caminó hacia la cama acostándose nuevamente en mi pecho pidiendo que sobara otra vez su cabello y eso hice.
- Yo te cocino a vos todo el año si querés — nos miramos a los ojos sin nada más que decir y me besó, fue un beso suave y tranquilo — Ahora... ¿podemos dormir? Todo esto fue un flash flaca pero me dejaste sin energías
Comenzamos a reír muchísimo nuevamente y esta vez fui yo quien lo besó para luego acostarnos a dormir así, abrazados en cucharita...
