• En tus manos | Ecko •

Capitulo 55

SAMANTHA POV

Llegando al hospital me encontré con Mel quien estaba allí solo esperando noticias...

Al verme corrió hacia mi intentando calmarme un poco, pero era imposible.

- ¿Que han dicho? — pregunté ignorando todo lo demás — ¿Donde está? ¿Como sigue? ¿Que mierda sucede?

No podía controlarme, realmente necesitaba calmarme pero era imposible...

- Aún no nos dicen nada — fue Mauro quien habló esta vez — ¿Podes calmarte un toque? Es re fuerte, vos lo sabes. Tiene mucho para luchar flaca. Te tiene a vos, tiene a Alana...

No pude aguantar más, mis ojos se llenaron de lagrimas sin poder contenerlas.

No era momento de ser débil, pero tampoco era momento de perderlo a él.

- Por cierto — volvió a hablar — ¿Y Alana?

- Esta en el auto con Julieta — respondí sin deseos — No quería bajarla acá, aún esta muy chiquita

Mauro solo asintió dejándome saber qué Malena tan pronto pudiera llegaría, caminó unos pasos lejos de mi dándome un poco de tiempo a solas para procesar todo esto.

Se que solo se preocupaba e intentaba mantener todo calmado pero se me hacía casi imposible.

~

No se cuanto más pasamos sentados, esperando una respuesta.

Hacia unos minutos atrás le había pedido a Julieta que se fuera a casa con Alana, allí había leche por si le daba hambre. Me daba pánico traerla acá

Solo necesitaba que alguien me dijera que Ignacio estaba bien...

- Familia de Ignacio Spallatti — dijo una chica saliendo de las sala de emergencias

Todos nos pusimos de pie y ella se acercó a nosotros.

- Ella — dijo Mauro mientras se acercaba a mi — Ella es su esposa

- Bueno... — habló mientras yo sentía como mi corazón paraba cada segundo que tomaba en hablar — Ya está fuera de peligro, una que otra costillas fracturadas sin embargo nada grave. Se mantuvo en observación unas horas para estar seguros que no había un daño interno más grave, sin embargo todo parece estar bien.

Por un instante sentí como mi alma volvió a mi cuerpo.

- ¿Puedo pasar a verlo? — dije ignorando todo lo que dijo después

- Le dimos un medicamento que lo tendrá dormido — habló — Pero si, puedes pasar a verlo

Mire a los chicos que solo asintieron...

Al pasar lo vi ahí, tumbado en una camilla y mi corazón dio un vuelco total.

Me acerqué a él tomando su mano para luego acercarme y besarlo.

- Si no estuviese tan triste en estos momentos probablemente te mataba a golpes — dije sentándome a su lado suspiré y volví a hablar — Mi amor, necesito que salgas de aquí ¿me escuchaste?

De repente sus ojos se abrieron y comenzó a reír para volver a quejarse de dolor

- Si vez como sos — dijo mirándome nuevamente — En un segundo me querés re cagar a piñas y en el otro soy tu amor

- Porque si lo eres — dije mientras hacía pucheros; no tenía idea cuanto agradecía verlo despierto

- ¿Y mi amor chiquito? — dijo mirando por la habitación