Capitulo 41

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SAMANTHA POV

Desperté sintiéndome la persona más agotada del mundo. Ni tan siquiera sé en qué momento de la noche me dormí.

¡Hace muchísimo tiempo no dormía tan bien!

El embarazo me ha complicado mis noches con sus náuseas, mareos... pero esta fue diferente.

Creo que bebé sabe... esta con papá.

Moví mi cuerpo inconscientemente buscando su cuerpo, sin embargo no estaba.

¿Por qué despierta tan temprano? ¿Quien no aprovecha las vacaciones forzadas que le ofrece la cuarentena? ¿Se está volviendo loco?

Decidí dejar mi flojera y tomar una ducha. No sé cuanto estuve allí, pero fue lo mejor de la mañana... no importa que venga después, nada iguala ese baño.

Tome uno de mis vestidos y me arregle un poco el cabello.

Ya lista decidí salir a la cocina y allí estaba.

Prácticamente en cuero, mientras hacía ejercicios. ¿Recuerdan lo que les dije sobre que nada mejoraría el baño? Okay bueno... retiro lo dicho.

Aún no entiendo porque hay personas que madrugan para ejercitarse... ¿tan triste es su vida? No lo sé, aún no comprendo.

Aunque... si esta será mi vista todas las mañanas de la cuarentena, no me quejo.

Decido ignorarlo y caminar directo a la cocina, necesitaba alimentarme. Sin embargo lo escucho hablar

- ¿Así despertas vos siempre? ¿Muriendo de hambre? — dice mientras voltea a verme unos segundos para luego volver a sus ejercicios

- ¡Me toca alimentar a tu hijo... o hija! — es la mejor excusa que puedo utilizar en el embarazo — ¡Deberías agradecerme por cuidarlo tan bien!

Este solo comenzó a reír, así que decidí continuar con mi desayuno para luego sentarme a comer mientras miraba la tele.

Ignacio volvió a mirarme mientras tomaba un respiro...

- ¿Deseas? — dije mientras extendía mi plato hacia él — Uhhh... es cierto. ¡No puedes!

Este solo me miró divertido mientras sacudía su cabeza para hablar

- Bebé — dijo claramente dirigiéndose a mi barriguita la cual hoy decidió notarse muchísimo — ¡Por favor no te parezcás a tu mamá! Por favor te pido eh... cuando salgas de ahí entenderás.

- ¡No le hagas caso a papá! — dije poniendo mi mano sobre mi abdomen — No olvides quien es la que te alimenta... además, creo que es momento de contarle que ya eres todo de mamá. ¡Lo siento! — voltee hacia él mientras le hacía pucheros en modo de burla

Al escucharme decidió acercarse a mí arrodillándose entre mis piernas mientras ponía sus manos sobre mi vientre...

¿Realmente estaba dispuesta a perderme todo esto? ¿Por qué no me avisaron antes que estaría sintiendo todo esto?

- ¿De quien sos vos? — comenzó a preguntar como si fuese a obtener una respuestas — A ver, contale de una vez a mamá de quien sos vos... — la voz que hacia al hablar hacía que quisiera comérmelo a besos y lo odiaba por eso.

Al terminar de hablar sentí una patada... o no.

- Eu eu — volvió a hablar — ¿Le decís a papá de nuevo?

Y ahí estaba... otra patadita más.

¿Desde cuando esa conexión? Solo llevamos dos días acá. Mi propio bebé, el cual por cierto aún vive en mi... PREFIERE A SU PAPÁ.

¡Que no lo culpo! ¡Mira el papá que le tocó! Pero aún vives en mi panza y te alimento, pequeño traicionero...

- NOOOOO — comencé a decir haciendo pucheros — ¿Por qué con papá si haces esas cosas?

Mire a Ignacio y no podía parar de reír... tomó un poco de aire y habló

- ¡No te ortives gorda! — sacó sus manos de mi vientre mientras se acercaba a besarlo — Anoche te dormiste y nos dejaste re solos, así que hablamos re zarpado y todo piola entre ese frijolito y yo

- ¡Tras de que me quitas mi bebé también me llamas gorda! — intentaba indignarme pero era imposible, amaba esto... demasiado — ¡Que descaro!

- A ver, córtala — se levantó y al estar cerca a mi volvió a robarme un beso del cual no me resistí

Cuando terminó su rutina eterna de ejercicios decidió ir a ducharse

Y ahí estaban nuevamente las hormonas haciéndose presentes. Lo único en lo que podía pensar era en Ignacio duchándose.

Así que decidí ir hacia la habitación, entre menos tentación... mejor.

Tomé mi celular y busqué cualquier cosa en la cual entretenerme. No quería pensar en él ahora mismo, ni en sus besos, ni sus labios, ni su cuerpo... si, estaba pensando en él de nuevo.

Nacho sin embargo parecía leer mis pensamientos y al salir del baño solo tenía puesta su toalla.

¿Quien es capaz de ser tan cruel con una mujer embarazada?

Este se acercó a la habitación y yo solo intenté concentrarme en mi celular, pero era casi imposible.

- ¿Que haces? — comenzó a decir sin más, como si fuese muy normal el que ande caminando en pelotas frente a mi

- No... — me quede unos segundos mirándolo, era casi imposible — Nada

No dijo nada, solo caminó hacia la puerta. Perfecto, sal de acá... necesito controlar mis hormonas.

Al llegar a la puerta decidió no salir. Dió vuelta acercándose a mi y me besó.

¡No tiene idea lo mucho que deseaba esto!

Comencé a besarlo también mientras me llevaba lentamente a la cama...

- ¿Podes? — lo escucho decir con su aire entrecortado por los besos

- Si — respondí sin más; no necesitaba mucha platica — Solo hay que tener cuidado...

Al terminar de hablar este solo me miró y sonrió para volverme a besar. Esta vez más suave, más delicado.

Quitó mis sujetador y comenzó a besar mis pechos haciendo que me estremeciera de excitacion. No lo podía evitar

Terminó de quitarme toda mi ropa y comenzamos la acción.

Entró en mi como si nunca antes lo hubiese hecho. Se sentía diferente, más atento... con más amor.

Luego de un rato llegamos al punto juntos...

Ahí nos quedamos, juntos nuevamente. Luego se acosto sobre mi vientre mientras prendía la tele así que hablé

- El sexo es excelente — digo y el solo me mira orgulloso — PERO... no me olvido de lo qué pasó hace rato entre ustedes. Yo sigo enojada

- Bancanos un toque gorda — este comenzó a reír — Vos sos la responsable... nos dejaste re solitos. ¿Que queres que haga?

- A ver a ver — comencé a pensar — Que puedes hacer por mi... UHHHHHHH — dije al fin y este solo me miró totalmente extrañado mientras sonreía — Adivina quien tiene antojos de dulces...

- ¿Dulces? — este solo meneaba su cabeza — Abusas... re forra sos

- ¿Que te quejas? — volví a decir riendo también — ¿No que la bebé de papá? Pues perfecto... anda, cúmplele los deseos a tu bebé

Este se paró de mi lado y siguió directo a la cocina, seguro a llamar algún lugar donde pudieran hacer entrega ya que no podíamos salir...

No me podía quejar igual, me había tocado tremenda compañía para pasar estos días.

Minutos después ya estaba junto a mí nuevamente...

- Ya viene — dijo mientras volvió a acomodarse junto a mi nuevamente sobre mi vientre mientras pedía que le hiciera mimos en el cabello...

¿Se podía estar mejor?

• En tus manos | Ecko •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora