Capitulo 52

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SAMANTHA POV

- ¿Estas lista para hacerlo? — la voz del doctor me sacó por un momento de mi pequeña burbuja; las construcciones eran cada vez peores y apenas podía escuchar lo que decían

- No... no aún... — mis ojos seguían llenos de lagrimas — No sin Ignacio

- Ya fueron por él. Lo estás haciendo fantástico.

¿Como una mujer fue capaz de dar a luz? ¿Como pasando todo este dolor se les ocurrió tener otro más?

Sobre mi vientre tenía unas correas que monitoreaban los latidos de la bebé y claramente las contracciones... las cuales eran cada vez más seguidas.

Solo podía pensar en Ignacio, ya tendríamos a nuestro pedacito. Nuestra niña.

No sé cuanto tiempo más pasó cuando el sonido de la puerta llamó mi atención...

- Llegó papá — dijo el doctor haciendo que comenzara a llorar nuevamente

Ya no tenía idea del porqué lloraba, yo solo quería llorar.

- Eu amor, acá me tenés — dijo mientras llevaba sus manos a mi vientre — Te dije que me tendrías acá, para vos y para la chiquita y acá estoy

- Si no estuviese sintiendo todo este dolor en estos instantes, probablemente te diría que te amo... con toda mi vida. — dije mirándolo a los ojos — Pero esto es tu culpa... toda tuya.

Sus ojos se iluminaron. Lo conozco, ya se que quería comenzar a reír con todas sus fuerzas...

- Ya sé amor... — dijo mientras me besaba — ¿Me perdonás?

- Okay mis tórtolos... — escuchamos al doctor acercarse — ¿Están listos para conocer el amor de su vida?

Oh mierda...

Acá todo se iba a la mierda. Es una bebé, una pequeña persona... es mi bebé.

Oh mierda, otra contracción.

~

No sé cuanto tiempo llevaba acá, ya no podía más. No puedo más...

- Si podes amor, lo estás haciendo genial. — la voz de Ignacio junto a mí hacía que todo se sintiera un poco más calmado

De repente un llanto llenó la habitación.

- ¡¡Felicidades!! — el doctor tomó a la niña llevándola a las manos de una de las chicas para así ella llevarla a mi pecho — Tienen un milagro. Su niña está en perfecto estado.

La tomé en mis brazos por primera vez y sentí que no necesitaba nada más

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La tomé en mis brazos por primera vez y sentí que no necesitaba nada más.

Tenía sus ojos, su nariz... era igualita a su papá.

• En tus manos | Ecko •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora