¿Que tanto puede doler el alma cundo está llena de recuerdos, esperanzas y promesas vacías? ¿Puede doler más? ¿Cuánto daño eres capaz de hacer? Que ni mi alma salió ilesa de este encuentro.
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Una historia donde el amor se pone a prueba, una y otra...
Tan pronto Mel solucionó el sacarme de acá mande todo a la mierda, necesitaba saber cómo estaba Samantha, necesitaba saber cómo estaba mi bebé.
Salí lo más pronto posible de acá intentando pasar entre la prensa que no dejaban de romperme las pelotas con preguntas...
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Al montarme a la camioneta me fui directo al hospital. Al llegar me encontré con Malena y Mauro, quienes estaban más que listos pa' armar quilombo
- ¿Que mierda le dijiste? — dijo Malena golpeándome en el pecho — ¿Que mierda hiciste?
Sus palabras me estaban jodiendo la vida, sé qué era mi culpa.
- Malena, cortala un toque — pude escuchar a Mauro intentando calmarla — No es el lugar y no es el mejor momento flaca. Ya sé que es un pelotudo, que queres que te diga...
Yo solo me quede ahí, observando. Esperando.
- ¿Como están? — pregunté dirigiéndome a Mauro pero este no respondió — Puta madre Mauro ¿Como están?
- No sabemos Ignacio, no sabemos cómo están. — dijo por fin Malena derrumbándose un toque igual — Desde que llegamos solo las pasaron y no tengo ni puta idea de que esta sucediendo...
Me senté en un lado de la sala de espera, deseando poder ir junto a ella. Pero nadie más salía. Tomé mi celular y publiqué una historia explicando un poco todo ya que se armo tremendo quilombo por la prensa...
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Sin embargo no me podía concentrar.
No podía pensar más que en mis wachas. Así estuvimos horas.
- No me la banco más— me paré con la intención de ir a buscarla, buscar información
- Ignacio — Mauro me tomó de la mano tirando de ella — ¿Te podes controlar? Dejá de comportarte como un pendejo wacho, ya tenemos suficiente de esta mierda.
- ¡Es mi hija! — dije sin poder más — ¿Que queres que haga? ¿Que me quede acá sin saber que mierda sucede? — tomé un respiro y volvió a hablar — Ya se que soy re pelotudo, sé que la re cago mal todo el tiempo... pero es Samantha wacho. ¡Vos sabes lo que significa!
Una voz nos sacó de nuestra conversación...
- Familia de ¿Samantha Valdez? — todos nos acercamos a ella — Chicos, ya están estables... ambas.
- ¿Podemos pasar a verla? — hablé
- Esta dormida aún, pero si. Puede pasar solo una persona a la vez...
Volteé a ver a los pibes, necesitaba verla... lo sabían.
Malena solo me observo y asintió.
- Vé — Malena tomó de la mano a Mauro y volvió a tomar asiento — Igancio... — volteé a verla y ella volvió hablar — Haz que valga la pena
Asentí y caminé hacia la habitación y allí estaba, dormida.
Puta madre Ignacio, que mierda hackéate wacho...
Me acerqué a ella tomando asiento a su lado. Miré su barriguita, se notaba una bocha la wachita de papá.
Puse una de mis manos sobre su cabello y la otra en su vientre para comenzar a hablar...
- Wachita... — dije hablándole a su vientre — Ya sé, no me tenes que decir. ¿La re cague de nuevo verdad? ¿Me perdonas? — al terminar de hablar mi pequeña comenzó a moverse un toque — ¿Sabes que papá te ama? A vos y a mamá. son lo más importante para mi. ¡No hay nadie que me vaya a separar de ustedes! — volteé a ver a Samy quien comenzaba a despertar
- Ignacio... — escucharla decir mi nombre me movía todo wacho — ¿La bebé? ¿Cómo está la bebé?
- Eu.. — comencé a calmarla — Calmate flaca... tranquila. Esta to' piola mami, ella está conversando con papá.
Sus ojos se iluminaron... esos ojos malditos ojos.
- ¿Que te dijo? — dijo mientras sonreía — Déjame adivinar... ¿Que es de mamá?
- ¿Te podes volver a dormir? — dije tentándome — Todo estaba re zarpado hasta que te despertas...
De repente sus ojos volvieron a ese seriedad, ya sabía lo que pasaría.
- ¿Qué haces acá? — dijo en voz baja — ¿Por qué haces como si nada pasara?
- ¿Por qué no podes olvidar un instante? — interrumpí — Estoy acá por vos, por vos y por mi hija...
- ¿Y Mica?
- ¿Que con Mica Samantha? — interrogue
- Tu hijo o hija — volvió a hablar quitando sus manos de las mías
- Samantha... — ¿por qué es así? — Flaca, cortala. No es el momento.
- ¿Y cuando? — volvió a hablar — ¿Te olvidas lo que dijiste hace unas horas?
- Perdoname Samantha — comencé a decir — Te equivocás, muchísimo y ya lo verás... pero este no es el momento. — me acerqué más a ella para poder besar su vientre y luego caminar a la puerta — Mauro y Malena están fuera, les diré que pasen... yo me iré a arreglar unos asuntos.
Ella solo volteo a verme y asintió...
"Sos el amor de mi vida Samantha. No sé qué haces conmigo, pero sos mi amor... y si necesitas muestras de eso, las tendrás."
Mi mente solo daba vueltas. Necesitaba arreglar todo este quilombo...
