Idioma femenino.

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Volvemos a la casa con el sol poniéndose frente a nosotros.
Es una vista magnífica.
Hemos pasado un día magnífico en el lago. Hemos comido de maravilla, nos hemos bañado en las cálidas agua y hemos hecho el amor. Mucho.
Sonrío y siento el calor extenderse por mis mejillas.
Uno de los hombres que trabajan en la casa detiene mi yegua y Christian me ayuda a bajar cogiéndome en brazos.

-Gracias, Patric -le dice al hombre que se toca con suavidad su sombrero y se lleva a los caballos.
- ¿Te lo has pasado bien? -dice bajito en mi oído y yo le sonrío tan emocionada que creo que podría brillar con luz propia.
Christian sonríe interpretando mi sonrisa y me besa los labios.
-Eres la mujer más bonita que haya visto en mi vida. Y eres toda mía -dice y yo contengo las ganas de patalear.

-Y tú eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo.
Sonríe ampliamente y en una explosión de plena felicidad me lo como a besos.
Entramos en la casa entre risas y besos y Christian me deja en el suelo cuando vemos a Proebe sentada en el sofá con un MacBook rosa en las piernas.

-Hola, Proebe -digo amable y ella sonríe brevemente.

- ¿Y ese portátil? -dice Christian y ella levanta la cabeza mirándole muy seria.

-Cómo qué; ¿y ese portátil? Estaba ahí. Pensaba que lo habías comprado para mí.

-No, Proebe, no lo he comprado para ti. Ese portátil es de Anastasia -dice Christian en un claro tono frío de advertencia y ella asiente y lo cierra de golpe.

-Ah, vale, lo siento, Laura -dice de manera despectiva pero recula rápidamente cuando Christian da un paso hacia ella-. Anastasia.

-Si quieres puedes seguir utilizándolo. Yo no lo necesitaré -digo conciliadora y ella me mira con rabia.

- ¡No quiero nada tuyo, joder! -grita tirando el portátil al suelo.

- ¡Proebe! ¿Pero qué haces? -grita Christian y ella se levanta de golpe.

- ¡Te odio! Cuando estás "ocupado" -hace comillas de forma despectiva y yo me tenso-, me ignoras. Te dije que tenía que hacer un trabajo de ciencias. Necesitaba un ordenador. No sabía que era de la señorita veintidós.
Christian ruge haciendo que el salón se quede en completo silencio.

-Vete a tu habitación, Proebe. Y olvídate de irte a Londres con tu amiga Ava.
Ella jadea horrorizada y grita echándose a llorar y sale corriendo.
Voy hacia el sofá y cojo mi portátil del suelo, parece estar bien hasta que abro la tapa y veo la pantalla cascada.
Hago una mueca al ver mi MacBook cadáver.
Christian se sienta a mi lado y me acaricia la espalda.
-El lunes tendrás otro.

-No es necesario, Christian -digo en voz baja y me pongo de pie -. Voy a darme una ducha.
Christian sostiene mi mano y me besa el dorso con cariño.

-Lo siento, nena.
Asiento. Me inclino y le beso castamente los labios.

-No es culpa tuya. Además, así tengo un excusa para comprarme uno nuevo -digo con una dulce sonrisa para tranquilizarle.

Entro en la habitación. Está perfectamente limpia y ordenada.
Me adentro en el baño y me meto bajo el agua de la ducha caliente y me lavo el pelo.
Andrea ha sido muy eficiente. Champú y acondicionador de pelo liso.
Christian entra detrás de mí momentos después y me quita la pastilla de jabón con olor a vainilla.

-Lo siento mucho, cariño. Es una buena chica, solo tiene que hacerse a la idea de que tú estás aquí -dice con esos preciosos ojos grises llenos de sinceridad.
Me besa rápidamente los labios y sigue centrado en la tarea de enjabonarme y yo en comérmelo con los ojos.
Pese a que hoy he podido admirarlo en toda su gloria y bajo los reveladores rayos del sol, una vez más me quedo sin aliento al verle. Tiene un cuerpo duro y bien formado; músculos definidos y prietos, cintura estrecha y espaldas anchas.

Corazones abiertos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora