Acercamientos.

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Abro los ojos y me encuentro con el hombre más maravilloso del mundo.
Duerme plácidamente a mi lado rodeándome con sus brazos.
Me desperezo con gusto sintiéndome inmensamente feliz en esta lujosa habitación de muebles blancos, y decoración minimalista en tonos gris y negro.
Me vuelvo hacia Christian y le beso con suavidad la cara. Toda. La frente, las mejillas, la nariz, los labios.
Abre los ojos adormilados y brillantes y sonríe.

-Como esto sea un sueño te juro que me voy a enfadar a base de bien -dice haciéndome reír.
Me cierno sobre él hundiendo la lengua en su boca y sus manos vuelan hacia mi cuerpo. Por todo mi cuerpo.

Me arreglo el pelo en el enorme baño de su habitación mientras Christian se viste en el vestidor.
Saco mi neceser y me aplico crema y maquillaje.

-Anastasia, ¿te apetece que cenemos pasado mañana con mis hermanos? Solemos quedar los miércoles por la noche para cenar y ponernos al día. Es algo informal -dice entrando al baño abotonándose la camisa.
Lleva un pantalón de traje gris marengo, una camisa blanca y un chaleco a juego. La corbata la tiene colgada por el cuello de la camisa y le cae a ambos lados del pecho.
Sonrío al verlo tan guapo, tan sexy y tan imponente a medio vestir.

-Claro que sí, me encantaría. -Cojo la paleta de sombras y me aplico un suave color nude-. ¿Y... vas a decirles que estamos juntos? -pregunto cogiendo el lápiz de ojos y me pinto el párpado de arriba.
Christian se pone a mi lado en el lavabo doble y me mira frunciendo el ceño a través del espejo.

-Pues había pensado decirles que eres la nueva niñera de Proebe.
Le miro perpleja un segundo hasta que veo su pícara sonrisa. Después me aplico el rimel con cuidado bajo su atenta mirada.

-A mediodía tengo un hueco y si cancelo una reunión puedo tener la tarde libre. Había pesando pedirle a Proebe que coma conmigo y luego llevarla a mi estudio para tomarle las medidas para el vestido, ¿te parece bien? -pregunto guardando el rimel y me vuelvo hacia él.

-Claro, sale del instituto a las dos y media y su restaurante favorito es Liberty -dice metiéndose los fardones de la camisa en los pantalones y se abrocha el botón, la cremallera y el cinturón.
Se mira en el espejo satisfecho y luego me mira a mí y le guiño un ojo.

-Tomo nota.
Da un paso hacia mí y me rodea con sus brazos la cintura y me besa castamente los labios.

-Está mucho más relajada contigo -dice y yo asiento mirándole la bonita corbata de rayas diagonales de color azul marino y burdeos separadas por finas líneas doradas. Cojo ambos lados y le hago un nudo perfecto.

-Eso parece. Pero tengo que ir despacio con ella. Así que échame una mano y no la cuartees mucho con el vestido que voy a hacerle y yo te prometo que no será muy provocativo.
Bufa mirando al cielo pero asiente cuando baja la mirada.

-Está bien -dice con una dulce sonrisa.
Le ciño la corbata al cuello de la camisa y le cierro el chaleco. Christian me mira atento y en silencio hasta que termino y me dedica una sonrisa que me hace temblar las piernas.
-Está muy bien, nena -dice mirándose en el espejo-. Está bastante bien. ¿Dónde has aprendido?
Sonrío con tristeza.

-Mi padrastro. Me gustaba hacerle los nudos cuando vivía con él.
Siento sus labios en mi frente con sumo cariño.

-¿Quieres hablar de él?
Niego sonriéndole y me alzo para besar sus labios
-Me gusta que estes aquí y empezar el día contigo -dice con ternura bajando y subiendo las manos con suavidad por mi espalda, acariciando la suave seda de mi camisón favorito de color verde menta.
Sonrío.

- ¿Aunque te ponga todo el lavabo lleno de maquillajes y el suelo lleno de pelo?
Mira el lavabo y el suelo y se echa a reír.

-Sabes que tenemos criados para recoger todo esto -dice con prepotencia solo para hacerme enfadar y le doy un manotazo en el pecho haciéndole reír-. Era broma, nena. Pero estan para eso -dice con más firmeza-. Y no, no me importa que pongas mi casa patas arriba si el resultado es verte por aquí todos los días.
Subo las manos por su pecho poniéndome de puntillas y le beso los labios.
-Vístete y te presento a Gail. Seguramente quiera preguntarte varias cosas. Y si te falta algo que quieras, como un tocador, o... no sé qué tipo de cosas que tipo de cosas necesitáis las mujeres, pero supongo que muchas, pues solo tienes que pedírmelo.
Sonrío radiante y le vuelvo a besar los labios.

Corazones abiertos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora