Corazones abiertos.

Polémica.

Al día siguiente mi sonrisa era un rayo de luz que irradiaba por dondequiera que fuera. La gente lo confundía con la emoción que nos invadía a todos al vernos al borde del tan esperado día, pero mi felicidad era únicamente por el hombre al que amo con todo mi corazón y mis hijos.
Por primera vez en muchos días veo las cosas con ánimo, con alegría, con ilusión. Me siento más yo. Me siento enamorada y feliz.
Acaricio con mis dedos el enorme ramo de tulipanes en tonos pastel que ha llegado esta mañana a mi oficina.
Sonrío cuando pienso en la nota.

No hay amor más sincero y perfecto que el nuestro. Mi corazón fue tuyo desde que te vi y será tuyo durante el resto de mi vida.
Christian.

Es todo un romántico. Es algo que me ha encantado siempre de él.
Me inclino hacia atrás en mi silla acariciando a mi bebé aprovechando los pocos minutos que tengo de tranquilidad aquí al resguardo en mi oficina ante de salir al ajetreo enloquecedor que hay afuera. Mañana ya es el desfile y Proebe y Christian llegan a primera hora.
Suspiro relajada pero me sobresalto cuando la puerta se abre y entra Gideon, mi relaciones públicas.

-Anastasia, siento molestarte pero esta noticia ha saltado esta mañana y los medios están formando un revuelo -dice y me pasa su iPad-. Es sobre tu relación con Grey.
Lo fulmino con la mirada.

- ¿Y? ¿No me digas que por eso me interrumpes?
Gideon niega.

-Nuestra modelo estrella, Leila ha subido muchas fotos a Facebook con él y su hija enferma de cáncer. -Palidezco de golpe-. Ha subido de todo. Ha hecho como un collage conmemorativo hacia su hija enferma.
Deslizó el dedo y me salta de lleno.

Para mí preciosa hija. Eres una luchadora, una valiente, pronto todo esto pasará y podrás volver a ser normal. Papá y mamá te quieren con locura.

Un enorme collage con fotos de ellos. Leila apenas sale pero se ve tan conmovedor que apenas importa a ojos ajenos. Salvo por la parte en que dice que pronto volverá a ser normal.
¿Normal? ¿Qué tiene mi hija de anormal?
Será hija de puta.
Siento como la sangre me hierve y entro en explosión cuando veo las fotos de pitu en la cama del hospital, con sus turbantes y otra de ellas durmiendo en su cama débil y dolorosa después de la quimio. Y hay otra que me llama la atención, una en la que salen Leila y Christian de jóvenes dándose un beso. La imagen me revuelve el estómago y tengo que llevarme la mano al vientre rogando que la comida se me quede dentro.
Respiro hondo.

-Bueno, es su madre, tiene derecho a poner lo que quiera. ¿Qué hago yo? -digo casi apretando lo dientes.

-La prensa no habla desde ayer de otra cosa que no sea tu embarazo de grey y ahora imagina cuándo Leila Williams ha subido estas imágenes. -Me llevo la mano a la cara y me pellizco el puente de la nariz-. No hacen más que hablar de que Grey juega con las dos, que la pobre niña enferma es quien se lleva la peor parte en este lío amoroso en el que tú y Grey sois unos degenerados. También hablan de la buena labor de madre de Leila. La ponen por las nubes.
Suspiro devolviéndole la tablet y bajo la mirada a mi teléfono. Una giro de Christian y mía se ilumina la pantalla con una llamada entrante.

-Dejémoslo estar -digo y él se pone de pie rápidamente con su sonrisa tranquila.

-Es lo mejor. La verdad esta ahí para quienquiera verla. No ha subido nada de su hija nunca y ahora pone una foto justo cuando se habla de tu relación con su padre. Y personalmente, es una crueldad al asedio periodístico al que ha sometido a esa chica enseñando fotos tan...personales y duras de momentos muy difíciles. Si quieres contraatacar lo tendrías chupado, pero como amigo, te aconsejo que no lo hagas. Por Proebe. Ella es la única perjudicada.
Los ojos se me llenan de lágrimas que no derramo y solo me limito a asentir y ver como se marcha. Cojo el teléfono y marco de nuevo a Christian.