Despierto con el suave sonido de unas risas. Una maravillosa risa que no había oído en muchos días.
Pitu.
Salgo de la cama con el estómago revuelto pero nada me impide ir al salón para oír a mi pequeña reír.
Pero lo que me encuentro me deja paralizada.
Una bonita escena familiar entre Christian, Pitu y Leila sentados en el sofá viendo fotos.-Recuerdo esto. Fuimos al zoo, y me quise asomar tanto para ver a los cisnes que me caí en el lago -dice Pitu y los tres se ríen.
Parecen una familia perfecta. Solo de pensarlo se me encoge el corazón de dolor pero al oír la risa de Proebe mi malestar se oculta tras una sonrisa.-Y eso que se lo advertí -dice Christian mirando con adoración a su hija.
Nada que ver con el hombre distante y dolido de ayer.-Bueno, por lo menos los viste en primera fila -dice Leila.
Me doy la vuelta en silencio para no interrumpir y vuelvo a mi habitación luchando contra mis sentimientos y las lágrimas que amenazan con inundar mis ojos.
Dios sabe que me alegro muchísimo que Leila esté con Pitu. Es como debe ser.
Me lo repito una y otra vez mientras me meto en la ducha. Pero la amargura que siento por dentro no me deja ser feliz completamente y contra mis esfuerzos me echo a llorar.
Cuando consigo hacer que mi llanto remita me seco y me visto rápidamente.
Me maquillo para tapar mi palidez y me arreglo rápidamente el pelo.
Tengo que salir de aquí.
Es en lo único que puedo pensar.
Respiro hondo armándome de valor y salgo al salón.
Solo está Pitu y Leila en el sofá hablando de los recientes trabajos de esta.-Mami -dice pitu con los ojos iluminados cuando me ve.
Sonrío.-Hola, pequeña. -Voy hacia ella y la abrazo-. Leila, ¿qué tal estás? -digo amable y ella me sonríe igual.
Se pone de pie y me da dos besos y un gran abrazo.-Muy bien, Anastasia. ¿Y tú?
Me encojo de un hombro intentando no poner cara de angustia.
¿Por qué tiene que ser amable conmigo?-Bien.
-Los primeros meses de embarazo son duros, y más si tienes malestares, pero ya pasarán, ya verás. -Sonrío agradecida por sus ánimos-. Anastasia, quería agradecerte lo mucho que has intercedido por mí estos meses. Has conseguido dar un gran empujón a mi carerra.
Niego.-Todo el mérito no es mío, me consta que has hecho un gran trabajo -digo y ambas nos quedamos unos segundos tensas en silencio.
-Sé que Phoebe te lo pidió -dice y yo me mantengo en silencio. ¿Qué puedo decir? No lo habría hecho de no ser por pitu. Leila asiente como si leyera mi mente.
-Lo que más quiero agradecerte es que hayas sido alguien tan importante y fundamental en su vida. -Los ojos se le llenan de lágrimas-. Yo he cometido muchos errores y... tú has sabido ser para ella lo que jamas he sido. De verdad, te lo agradezco de corazón.
Parpadeo apartando mis propias lágrimas y le acaricio el brazo pero ella me abraza.
-Gracias -dice bajito.
La separo de mí.-No tienes que dármelas. Yo quiero a tu hija muchísimo, como si fuese mía y sabe que puede contar conmigo para lo que sea. Y tú también -digo y a ella se le vuelven a llenar los ojos de lágrimas.
Pitu nos abraza a ambas pero no dice nada. Solo me mira con tanto amor que me derrite el corazón.
Carraspeo interrumpiendo el momento.
-Bueno, eh, yo tengo que irme -Pitu pone mala cara-. Cielo, tengo que repasar los últimos detalles del desfile. Tú madre sabe que estamos hasta arriba.
Leila ríe entre lágrimas.-Anastasia me ha propuesto para ser su modelo estrella -dice emocionada y pitu sonríe y me abraza.
-Eres la mejor, mami -me dice al oido-. Lo harás genial, mamá.
-Claro que lo hará genial. Además de que nosotras la veremos en primera fila -le digo animada tragando un gran nudo de amargura y beso con fuerza la cabeza de pitu.
-He de irme. Qué paséis una buena mañana.
Me giro antes de que ninguna diga nada y salgo por el ascensor justo a tiempo de ver llegar a Christian.
ESTÁS LEYENDO
Corazones abiertos.
FanfictionAnastasia Steele es la diseñadora de ropa interior más famosa del mundo. Jamás podría haber esperado el reto profesional en el que se vio envuelta al aceptar diseñar el vestido de novia de Mia Grey. Pero menos aún para conocer por casualidad al herm...