Corazones abiertos.

Agasajos.

A la una del mediodía estoy recogiendo mi mesa cuando entran Kate y Hanna.
Kate está preciosa y muy elegante vestida con un vestido entallado de color azul marino.

-Hola, pequeña. Radio patio ya me ha puesto al día -dice con una sonrisa mirando a Hanna y me abraza-. ¿Tengo que comprarme el vestido de boda, o el arrullo del bebé?
Sonrío.

-No tonta, primero la despedida de soltera.
Ella grita emocionada.

-Me alegro mucho por ti. Sabes que si Grey te hace daño es hombre muerto, pero si te saca esas sonrisas yo no puedo más que ser inmensamente feliz por ti.
La abrazo con fuerza.

-Ahora mismo soy muy feliz, no quiero pensar si es rápido, si será duradero, o si tengo por pupilas dos corazones. -Se ríe-. Solo quiero disfrutar el momento y hacer lo que me pida el corazón... y el cuerpo -digo con picardía y ella se ríe.

-Esa es mi chica -dice con orgullo -. Grey te sienta bien, Ana -dice y me mira con mucho cariño.

-Basta de hablar de mí, por favor -digo y la conduzco hasta los sillones individuales frente a mi mesa-. Cuéntame tu qué tal con Elliot.
Una estúpida sonrisa se dibuja en sus labios.

-Es una fiera en la cama. Te lo juro, Ana, no hay comparación con nadie. -Sonrío-. Pero solo eso. Un hombre como él no vale para nada más que echar unos cuantos polvos y fuera.

-Pero que bestia eres -dice Hanna y Kate se encoge de hombros.

-Si esto lo dijera un hombre en una reunión de hombres le vitorearían. Si lo dice una mujer...

-Si lo dice una mujer bien por ella, Kate -digo con cariño-. Pero hay algo en tus ojos que no me deja creerme del todo a esta mujer fatal.
Se ríe con frialdad.

-Lo que tengo en los ojos es por ti, tonta. Porque por fin a alguien le empieza a ir bien el cuento de hadas.
Bufo.

-Aún es pronto. Solo hemos dado un paso necesario para saber si una pareja funciona. Si no podemos convivir juntos, ¿para qué vamos a perder el tiempo? Y si no podemos conseguirlo ahora que estamos más achispados de lo que lo vamos a estar en todo el periodo de una relación, ¿cuándo lo vamos a conseguir?
Kate asiente y levanta la mano para chocarla.

-Opino lo mismo, cuando el amor llega, llega, y hay que ir a por todas -dice Hanna -. Si yo no me fuese venido a buscar a Ryan, aún seguirá en Canadá, no os habría conocido y no tendría este maravilloso trabajo que me gusta tanto -dice claramente peloteándome.

-Qué cara más dura tienes -digo burlona y Hanna me tira un beso.

-Sois unas valientes, tías -dice Kate rodeándonos los hombros con sus brazos a cada una-. Os merecéis ser felices porque apostáis por vuestra relación, pero, también tenéis la suerte de haber encontrado a hombres que también luchan por vosotras. Mira Christian, desde el primer momento te ha querido a su lado. Eso no lo hace cualquiera.

-La suerte es de ellos por encontrar a dos mujeres que saben lo que quieren y pisan fuerte por el mundo dispuestas a todo -dice Hanna -. ¿Quien cambiaría de país solo por estar con el hombre que ama apostándolo todo por él? ¿Y quién aguantaría a la hija de otra como lo va a hacer Ana? Le tiró su portátil al suelo adrede y encima hoy le va a regalar uno a la criatura.
Kate se echa a reír mirando a Hanna.

-La madre que la parió. ¿En serio acabas de llamarla criatura? -Hanna asiente conforme. Kate me mira con una sonrisa-. Bien hecho, pequeña, comprando a la criatura. Es la mejor manera de llegar al corazón de una mujer, sea de la edad que sea.

-Has dicho una gran verdad hermana -dice Hanna y cuando la miro frunce los labios y asiente.

-Sois tremendas. -Río a pesar que me parece que están locas-. Bueno, yo tengo que irme a recoger a la criatura y llevarla a comer a su restaurante favorito y de compras.
Kate me hace ojitos y me pega más a ella.