Boda agridulce.

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Un mes después, la boda de Mia nos ayudó a despejarnos un poco a todos.
Pitu está fantástica con el vestido que hice para ella y es el centro de atención de toda la familia.
No puedo evitar sentirme agridulce, hoy es un día han esperado, en el que hemos puesto tantos esfuerzos y nuestros mejores deseos en un tiempo que es tan triste para todos.

-Anastasia, el vestido te ha quedado espectacular. Es una maravilla -dice la madre de Ethan.
Sonrío por cortesía. La verdad es que se me había olvidado completamente que el vestido lo había diseñado yo.

-Gracias, Diana. Ha sido una bonita experiencia -digo amable y miro a Christian y Phoebe bailar juntos.

-A esta chica todo se le da bien -dice Carrik con cariño estrechándome entre sus brazos-. Y me temo que os la voy a robar porque quiero bailar con ella -dice salvándome de tener que interactuar con más gente.
Me dejo llevar a la pista y me estrecha entre sus brazos con una sonrisa.
-Estas guapísima, Ana, pero muy triste -dice con una suave voz.
Bajo la mirada un segundo a su rosa blanca clavada en su chaqué.

-Lo siento mucho, Carrik -levanto la cabeza y le sonrío.

-No me pidas perdón, hija. Se nota que quieres muchísimo a mi nieta, y ella a ti. -Sonrío de verdad-. Saldrá de esta. Ella es muy fuerte. Y tú también. Sé que encontrareis la manera de seguir juntos. Cuando pienso que esa misma noche erais las dos personas más felices que había visto en mi vida y en un momento... -suspira-. Lo que os ha pasado es un duro golpe y quiero que sepas que todos entendemos tu postura. Pero sé que conseguiréis arreglarlo. Un amor así no puede morir, Ana.
Sonrío un poco y le doy un agradecido apretón en el brazo.

-Es mi turno, papá -dice Christian a nuestro lado y me tiende la mano.

-Por supuesto, hijo. Yo voy a robarle otro baile a mi nieta -dice con una sonrisa llena de ternura mirándola y va con ella.
Christian tira de mí y caigo en sus brazos casi desvanecida. Huele de maravilla y está soberbio con un esmoquin negro.

-Pareces cansada, cariño -dice y me besa la frente.

-Anoche no dormí muy bien.

-Lo sé. Tienes que dejar de dormir en la cama de Phoebe -dice y vuelve a besarme la frente.

-Solo me eché un poquito a su lado y...
Christian sonríe con ternura.

-Ella estará bien. Desde ayer ya dejó de darle reacción la quimioterapia.
Me acurruco en su hombro y suspiro contra su cuello.

-Que mal lo ha pasado -susurro y él asiente.

-Si todo va bien sólo tendrá que ponerse quimio una vez más -suspira-. Gracias por quedarte con nosotros. No te haces idea de lo mucho que te necesitamos.
Le estrecho con más fuerza.

-Y yo a vosotros -digo muy bajito.
Y es la verdad.
Le necesito al igual que a Phoebe. Este tiempo nos hemos unido muchísimo todo en torno a Phoebe. La boda de Mia ha sido una distracción en todos los sentidos. Miro a mi alrededor y encuentro a Kate. Está guapísima, vestida con un vestido de satén rojo y destilando su encanto con todos los invitados. Elliot permanece a su lado sujetándola de la cintura y mirándola con mucho cariño.
Me alegro por ellos y les deseo lo mejor. Se lo merecen después de mucho altibajos en su relación.
Mi madre baila cerca de nosotros con un importante empresario del sector hotelero. También está divina con un vestido de estampado floral y un recogido bajo.

- ¿Volverás a diseñar un vestido de novia? Es muy bonito y todo el mundo está impresionado.
Miro a Mia bailando con su marido. Otro de mis mas grandes apoyos.
Está preciosa entallada en seda desde el cuello hasta las rodillas donde se abre delicadamente en capas de tul haciendo una maravillosa cola. La espalda y las mangas transparentes con un delicado y maravilloso bordado en el cuello y en los puños. En la cintura, un cinturón bañado en oro realza su figura.

Corazones abiertos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora