Capítulo 5.

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Me sentía tan vacía, sucia, tan inútil por no haber podido hacer nada. Sabía que nunca más volvería a ser la misma.

Hoy era el día en la que por fin saldría de esa clínica pero, ¿qué sentido tenía?. Estar en el mismo país que mi violador, en el mismo lugar donde mi vida se vino a bajo.

-Hola, siento mol...

-no importa pasa -Jake volvía a dar vueltas todo-

-Siento, haber sido tan duro denante, no debí decirte nada...

-no te preocupes, hiciste bien en decirme

-supe que te van a dar de alta -Puso sus manos sobre el cuello. Asentí levemente con la cabeza- ¿podría ir a verte a tu casa?

No estaba tan segura de que Jake me visitara en mi casa pero al fin y al cabo, él era el único que me hacía compañía, así que le di mi dirección.

-Gracias, bien... ya me voy -mientras pasaba hacía el lado de la puerta, pase a tocarle un pie de casualidad-

-¡no me toques! -me cubrí con las sábanas. Me miró durante unos segundos y apresuró su paso sin decir nada-

Jake

Pase a tocarlo solo de casualidad, está mal, necesita ayuda, se puso muy histérica cuando la pase a tocar, qué pensará de mi cuando sepa que yo era el mejor amigo de quien la violó, ese desgraciado va a pagar todo lo que le ha hecho a esa pobre y adorable chiquita, Isabelle, tan linda pero, ella se siente sucia, no quiere saber de hombres, no quiere que la vuelvan a tocar en su vida, como pudo hacerle eso.

-¡Ese maldito me las va a pagar! -grité a penas salí del cuarto de Isabelle, captando la atención de todos lo que estaban afuera-

Tomé mi coche y fui a casa, las imágenes de Isabelle no se me borraban de mi cabeza. Esa noche, esa maldita noche, como pude permitir que ese maldito violador se fuera de la fiesta borracho y drogado sin mi, si yo tan solo lo hubiera llevado en mi coche, Isabelle no estaría como está, sufriendo, todo fue mi culpa, ¡pero ese maldito violador de Leonardo las pagará!, sé que su familia es muy poderosa y me están obligando a casarme con Isabelle. Es increíble que los padres de Leonardo hicieran un trato con los padres de Isabelle, ¿por qué me tuvieron que meter en todo esto?

Isabelle

''Nadie me volverá a tocar, nadie''  repetía una y otra vez en mi mente. Sabía que Jake me ocultaba algo, no llegaría de la nada a mi miseria de vida a decirme eso solamente.

-Vienen a buscarte -avisó Nancy-

-¿vinieron mis padres? -quise saber-

-no, mi niña, vino un chofer- ¿chofer? ¿en serio?- vamos, arréglate.

Me levanté de esa cama. Cuando me paré, el dolor que sentí me recordó todo lo que había pasado, todo.

Recordé como me habían violado, como mi hermana me observaba de una esquina, sujetada con cuerdas y sin fuerzas, como si algo le hubieran inyectado o algo así, recordaba todo, excepto la cara de ese sujeto, ese infeliz que me arruinó mi vida.

-¡Isabelle, Isabelle! -me gritaba Nancy dándome pequeñas bofetadas en mi cara para que reaccionara y saliera de mis pensamientos-

-Duele -mencioné una vez que se me pasaron los mareos-

-Es por.. bueno ya sabes, lo que te hicieron -Mencionó suavemente. Las lágrimas volvían a salir-

-no llores niña, todo estará bien -El dolor me provocó tirarme al suelo pero ella me recogió rápidamente-

-¿Realmente lo crees?

-No, pero necesitas creerlo -lloré en sus brazos-

-¿por qué yo? -Intenté buscar mis pocas cosas que tenía para irme mientras las lágrimas caían-

-Son cosas que te tenían que pasar por algún motivo, Dios te quiere aquí -estaba harto de las típicas palabras de Dios-

-Estoy lista -me sequé las lágrimas-

-Bien, te llevaré donde el chofer.

-Gracias.

Bajamos por el ascensor, llegamos a la puerta en el que había un auto negro esperándome.

-Acá te dejo -habló Nancy antes de que yo pudiera abrir la puerta-

-Te extrañaré mucho Nancy

-y yo a ti, niña

-Vendré a verte, te lo prometo.

-te esperaré -no me pude resistir las ganas de abrazarla pero al hacerlo esto me produjo una extraña sensación-

En eso seis largos meses Nancy fue para mi como una madre, me cuidaba, me apoyaba y todas las cosas que mi verdadera madre no hizo.

Cuando salí había un día soleado las hojas de los árboles caían de un color café, ví unas flores totalmente marchita que aunque no quería aceptar asi estaba mi vida.

-Buenos días señorita -me saludó el chofer-

-Bu...buenos días -me había olvidado de cómo actuar con las personas-

Mis padres eran de clase alta siempre nos daban a mi y a mi hermana lo que queríamos.

-Pasé -me distrajo el chofer, me estaba abriendo la puerta-

-gra-gracias -tartamudee-

El camino de mi casa a la clínica era larguísimo de una ó dos horas quizá dos horas y media.

Iba viendo por la ventana, y recordaba todo lo que hacía con mis amigas, salíamos a comer un helado en verano, a veces en invierno éramos totalmente raras, salíamos a fiesta, cocinamos y nos llenamos de harina, recuerdo una vez cuando tenía 14 creo me celebraron mi cumpleaños en el colegio, me tiraron de todo, con decir que hasta me tiraron papel higiénico, ¿a donde habían quedado esas amigas?, ¿donde quedaron los recuerdos?. Recordé todo lo malo que hice, salía a fiesta y no llegaba muy temprano que digamos, trataba mal a las personas, salía con chicos y a veces me ofrecían dinero para que me acostara con ellos, ¿cómo había llegado a eso?, a mi edad había probado hasta las drogas ya.

Me distraje, necesitaba un poco de aire así que baje el vidrio y paramos en un semáforo, al lado mio había un coche blanco radiante, con dos chicas y dos chicos adentro, una chica tenía la piel no muy morena, pelo negro y largo, vestida con un vestido rojo y apretado, la otra, era tierna, vestida con un color azul también apretado parecía incómoda, con rulos rubio que dejaba caer, el chico que iba al lado de ella e iba conduciendo, era un chico con  chaqueta de cuero negra y jeans, parecía un mal chico, el otro era normal, iban con el radio a todo volumen y bailando en el auto.

-No arruinen su vida por favor, no lo hagan -susurre entre las lágrimas que brotaban-


Guerrera - (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora