Capítulo 10.

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Cuando había logrado tranquilizarme un poco y ya había terminado todo, mis padre subieron al auto y partimos nuevamente a casa mientras que atrás no seguía la familia de Jake. 

-Siéntense por acá -indicó mi mamá a los padres de Jake-

Miré a Jake de reojo por primera vez en todo este rato. Estaba con sus manos en los bolsillos, callado y somnoliento.  Colgué mi chaqueta y procedí a sentarme, mientras la sirvienta servía.

Todos estábamos callados comiendo, nadie se atrevía a romper el silencio, fue mamá quien se atrevió a hablar con su gran carisma.

-Bueno -empezaba- el caso por el que estamos aquí es para decirles nuestros regalos

-¿regalos? -reí irónicamente-

-Sí Isabelle, regalos de matrimonio -Por primera vez en toda mi vida quedé mirando a la que se hacía llamar mi madre con odio- Por mi parte les regalaré una casa cerca de la ciudad para que no tengan que demorar tanto yendo de aquí para allá.

-¡¿Qué pretendes mamá?! ¡¿qué me vaya a vivir con alguien a quien no le conocía ni el segundo nombre hasta hoy?! ¡¿quién te crees, maldita sea, para dirigir mi vida a tu gusto?! -grité nuevamente- ¡¿te das cuenta de lo que siquiera estás haciendo?! ¡¿qué maldita clase de madre eres?!

-¡Isabelle, cállate y siéntate ahora! -Gritó mi padre. Me gritó por primera vez en su vida. Me miró con rabia y desesperación. Espero a que me sentara para tirar la servilleta que yacía en sus piernas y retirarse del salón- 

Miré a mi madre quien estaba enojada tocándose la frente en señal de cansancio, sentía vergüenza de mi por lo que había hecho. En lo que me estaba convirtiendo y en la manera en la que me había dirigido a mi madre. Me resigne por un momento y subí a mi cuarto y no baje hasta la media hora después cuando escuché los gritos de mi madre diciendo que baje. Obedecí y seguían todos ahí como si nada hubiera pasado.

-Siéntate, Bell. -Dictó mi madre quien no me llamaba así desde la muerte de Lucía. Obedecí rápidamente y procedí a sentarme- Se irán mañana por la tarde a su casa ya ordenamos el camión de mudanzas tanto como para recoger las cosas de Jake y la tuyas Isabelle.

-Para Jake un coche que podrán utilizar ambos para movilizarse  y suficiente dinero para que decoren cada maldito rincón de su cara y aparte de eso mucho más dinero para ti Isabelle para que no te haga falta nada -¿suficiente dinero? claro, pensaban que con el dinero a mi se me iba a borrar todo lo que me hicieron-

- Pero... tú nunca...-hablé sin acabar la frase siendo interrumpida por mi mismo padre-

-Pues ahora sí -se levantó de la mesa y se fue-

-Isabelle -Clara, la madre de Jake llamó mi atención- el lunes, tu y yo iremos de compras y todo lo pagaré yo y para mi hijo es lo mismo pero el dinero te lo daré en efectivo para que lo ocupes en lo que tu quieras, bebe -Jake solo se dignó a mirarla sin ningún tipo de emoción en su rostro y yo solo asentía con la cabeza-

-Mi regalo para ustedes un poco más de dinero, algunos millones más para que decoren su mansión.

¿Mansión? ¿Jake y yo habíamos escuchado bien?.

Guerrera - (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora