Subí a mi cuarto con la carta de Valentina, apenas llegue me senté en mi cama con los ojos llenos de lágrimas pero de cierta forma no podía llorar. Abrí la carta y procedí a leerla.
''Bell, no sabes cuanto siento no haber sido una buena amiga, desde que me aleje de ti, he sentido que no merecía vivir, que debía haberme quedado contigo todo este tiempo. Ni siquiera puedo imaginar tu dolor y más sabiendo que estuviste sola, que estás sola. No quiero estorbar en tu vida Bell, ni en la de mi padres. Lo único que te pido es que no te olvides de mí. Que no te olvides de todo los buenos momentos, de nuestras risas, nuestros llantos, nuestras caídas. Perdoname, te lo suplico. Por las noches el dolor se me hace insoportable, ya no puedo con esto.
Te quiere, Valentina.''
----------------------
A pasado una semana ya de la visita de la mamá de Valentina y no se ha vuelto a aparecer por aquí.
Hoy viene Clara con mi madre para comprar las cosas de la casa. Vaya manera de sentirme cómoda he.
-¡Ya llegaron! -gritó Jake desde el primer piso-
Baje lo más rápido que pude, salude a Clara y a mi madre y nos subimos al coche.
El camino no fue para nada largo era un viaje de unos 5 o 10 minutos. Apenas llegamos nos dimo cuenta de que era un enorme local, con enormes letras cursivas y ventanillas.
-Bueno, vamos a ir por secciones de casa, ¿qué tal si empezamos por tu cuarto, Bell? -me señaló Claro-
-Si claro, no hay problema -mi madre llamó a un chico que rápidamente iba anotando todo lo que yo pedía <que no era mucho>-
Pedí lo básico, una cama nueva ya que la de ahora era bastante incómoda, muebles, armarios, un escritorio, lamparas, cosas por ese estilo.
Luego de eso seguimos con las cosas que necesitaba Jake y así hasta terminar con decorar el resto de la casa.
Pasamos por un restaurant y comimos algo rápido para irnos a nuestra casa. Durante todo este tiempo Jake se había comportado muy respetuoso e intrigoso.
Al llegar a nuestra casa conversamos un poco. Se supone que nos teníamos que llevar bien, de todas maneras no quería llevarme mal con alguien a quien le tenía que ver la cara todo los días. Creo que lo juzgue mal, él no era tan mala persona como yo creía, tenía un lado tierno que empecé a conocer mejor. Me contó que se sentía bastante incómodo en una casa tan grande, tan vacía y la verdad era que yo tambien me sentía así. Era un lugar demasiado grande para dos personas y un gato.
Luego de terminar de conversar subí a mi cuarto, coloqué mi pijama y solté mi cabello que traía amarrado en una coleta.
Lo extraño era que me sentía mal durante todo el día pero al llegar la noche las cosas empeoraban, el llorar todas las noches sinceramente me cansaba, no me desahogaba sino que me hacía más mal y mi única salida era el cutting. Miré mi brazo lleno de cortes y pensé ''lo necesito'' . Fuí al baño tome el filo de la afeitadora y la puse en mi brazo, rápidamente las lágrimas comenzaron a surgir de mis ojos. Me comencé a ahogar y simplemente no puede, lancé el filo lejos de mí pensando en que esto no podía seguir así.
-¿Bell? -escuché desde fuera de mi cuarto-
-¿qué pasa? -fingí una voz normal-
-necesito hablar contigo, necesito decirte la verdad.
ESTÁS LEYENDO
Guerrera - (En edición)
Teen Fiction''No todos pueden super su propio pasado'', me repetía una y otra vez en mi mente mientras las lagrimas se acumulaban en mis ojos, sin poder olvidar aquella horrible noche en la que mi vida se convirtió un maldito infierno. No sabes que de un segun...