Katsuki

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Necesitaba relajarse, sabía que mañana tendría una gran oportunidad, pero no tenía idea de a dónde llevarla, así que en cuanto empezó el descanso subió a la azotea, tenía que pensarlo, pero se quedó dormido.

Alguien azotó la puerta, despertó exaltado, con ganas de asesinar a quien sea que haya interrumpido su sueño de relajación y belleza.
Pero solo se encontró escuchando la conversación, pues la persona que había entrado era nada más y nada menos que Lucy, él reconocería fácilmente la dulce voz.

Tranquila abuela, prometo visitarte el fin de semana. — decía calmada y alegre.

Bakugou escuchaba atento.

Si, si, estoy bien, no te preocupes, voy al corriente con la renta y al parecer todo está estable.

No, aún no sé que comeré hoy. — decía pensativa. —Si, se que debe ser saludable — soltó una leve carcajada (aquí entre nos, no sé reír levemente, me río como si estuviera llorando o no sé, pero bien exagerado).

Esta bien, te llamaré mañana, adiós. — se despidió.

No notó que estaba tan cerca del rubio, pues este contuvo la respiración cuando su distancia se acortó, finalmente la chica bajó.

Bien, ahora sabía más que los otros bastardos y además ya tenía una idea.
El día pasó rápido y se precisa llegar a casa, preparó todo lo que necesitaba y uso manos a la obra, empezó a cocinar. Al día siguiente, se dirigió tranquilo al salón, cayó en cuenta de su error, se había apresurado demasiado sin haber preguntado si ella podría salir con él.
La esperó en la entrada de su salón, muchos le veían con la ceja alzada.

Claramente tenía que repetirse que lo hacía por la chica, si, sólo por ella, ¿nervioso? Si, bastante, tomó aire y se acercó al verla.

—¿Quisieras salir conmigo? — era un tono bajo, amable e incluso sumiso.

—P-por supuesto. — dijo apenada, pues ver al chico así la confundió.

—Te veo en la salida. — tal vez era cosa suya o tal vez no, pero eso sonó a amenaza.

Ahora estaban caminando hacia quien sabe dónde, pero caminaban en un silencio cómodo, Katsuki volteaba a verla entre momentos, pasaron por un par de puestos en los que la chica quedaba idiotizada con algunos postres o figuras, así hasta llegar a su destino. Un parque, uno que estaba hasta la chingada, pero este tenía un lago y árboles de Sakura, en medio de todo, tenía un kiosco que afortunadamente estaba vacío, internamente Katsuki celebró.

Se sentaron, Bakugou sacó la comida que preparó y la sorpresa y felicidad se pintaban en el rostro de Lucy. Era una comida bien balanceada, con una presentación excelente y un exquisito sabor.

—¿Tú preparaste todo esto? — preguntó maravillada.

—Si, aunque mi madre me dijo como balancear los alimentos. — le respondió, degustando su propia comida, estaba orgulloso, pero...

—Te felicito, sabe increíble, es de lo más delicioso. — sonrió hacia él.

La charla siguió amena, en algún momento ya estaban en el pasto llenos de flores y riendo por cualquier tontería, él quitaba los pétalos de su cabello.
Fue a dejarla a casa, la despidió con un beso y ella lo abrazó, sin duda una tarde maravillosa ¿No?

El Kaachan es amor.

Citas (Fase Dos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora