¿Ubicas cuando hay tarde fresca, soleada y de esas en las que estás sentado o recostado en el sillón, porque no tienes alberca? Bueno así era está tarde. Lucy, sin embargo, se encontraba en un debate interno, un vestido lila o unos shorts con playera blanca, pues a pesar de su flojera, había aceptado una cita con un chico de la clase A.
Tenya estaba nervioso, sudoroso y ansioso, iba a paso lento repasando todo lo que harían en la cita, la preocupación lo alteró, pues de inmediato dudó de su elección de lugar. Se sentó en la sombra de un árbol, implorando a All Migth que ella disfrutara de su compañía; él aún iba con tiempo, alejó la tensión de su rostro, mostrando así todas sus inseguridades, la frustración hizo que respirara con fuerza relajándose tanto que quedó dormido.
Debió de haber llegado al menos 15 minutos antes de las cinco, y ya eran 5:20, la preocupación de la joven era notoria, le llamó una vez más, pero nada. Por otro lado, un niño disparaba agua a los ojos del más alto, quién seguía en su sueño, o así hubiera deseado, pues algo cabreado se levantó, reprendió al niño y revisó su celular, casi le da un infarto, algo mareado corrió como pudo y etre tropezones para llegar con Lucy, uso su kosei; el museo cerraba a las 7, no habría tiempo, decepcionado llegó a casa de la chica.
Ella al escuchar el timbre, salió con desespero, al verlo agitado revisó que estuviera bien, lo abrazó empezando a cuestionar ¿Qué le había sucedido? Con vergüenza, cubriendo su rostro, admitió haberse quedado dormido.
Tras un suspiro cansino le sonrió y tomándolo del brazo lo jaló, tomó su bolso, llaves y salió cerrando tras de si.
—¿Qué pasa? — preguntó el menor.
—Vamos al museo, no nos dará tiempo de ver las figuras prehispánicas —
—Pero tardaremos en llegar. — dijo.
—No importa, sé que algo haremos. —
El camino fue lleno de pláticas, datos interesantes y una rara conversación de las reglas morales en el transporte. Llegaron en 15 minutos a su destino, tomaron ticket que les permitía la entrada, estuvieron viendo y tomando fotos a escondidas, reían al ver las formas de las piezas y se concentraban en los pequeños detalles de los murales.
Les permitieron hacer una figura con yeso, fracasaron y ensuciaron por completo el lugar, casi los corrían, pero huyeron, entraron a la pequeña biblioteca donde rápidamente escogieron un par de libros, uno bastante estúpido y el otro... Interesantes.
Entraron a un salón de la fama, bastante peculiar, donde hacían memoria a varios héroes y hacían estatuas a otros, la diversión se volvió admiración, de pronto Lucy recordó la última vez que fue a un museo, la última vez que lo vió a él, que tenía su propio póster entre otros pequeños héroes, una muestra de tristeza se implantó en su rostro.
—Algún día, ambos tendremos una estatua aquí, algún día un niño o joven nos verá y querrá seguir nuestros pasos. Salvemos a los que necesitan encontrar su luz. Trabajemos mucho para eso, Lucy. — le sonrió.
Ella lo miró, vio su voluntad, su anhelo y deseo.
—Muy bien, Ingenium más te vale salvar mucha gente. —
Para su desgracia los vigilantes los encontraron y los sacaron por causar desorden.
El regreso a casa estaba lleno de calma, paz y tranquilidad.
—Iida, gracias. — le dijo al llegar a casa, sonrió con ternura.
—A ti te daría todo lo que tengo; si no lo tengo, lo busco y si no existe, lo invento. — le dijo con apoyo y amor.
Si, él había notado su bajón emocional, y como pudo la ánimo.
Tenya es un chico lindo.
El personaje y la idea de ir al museo fue propuesta por una lectora, muchas gracias cariño.