El día tenía pintada una sonrisa, los minutos parecían eternos mientras que el joven de cabellera negra esperaba en el umbral de la puerta, estaba nervioso y por algún motivo asustado, así que no quería tocar la puerta, de la nada el ambiente cambio, a calmado y entonces pudo llamar a la puerta.
— ¡Un segundo! — se escuchó de otro lado.
Este día vestía un overol negro y una playera blanca con estampado de girasoles, además usaba tenis blancos y un sombrero.
Sero tosió levemente sonrosado. Ella lucía tan hermosa como un examen aprobado. Sin querer paseo libremente su mirada, más con cada segundo su tono rosa se volvía rojo. Lucy por otro lado rascaba su nuca.
— ¿A dónde iremos? — lo despertó de su viaje.
— Ah... Te llevaré a un paseo en bici. — ella frunció el seño.
— Vaya, ¿tienes una para dos? — preguntó.
Él soltó una risa leve y vaga.
— Vamos. — negó tomándola por la mano y atrayendola. — Espero que no te moleste sujetarte a mi. —
La sonrisa de ella no se hizo esperar, se sentó en el asiento, con las piernas de un lado, mientras que el conducía de pie. El aire impactada con sus rostros, mientras hablaban tan sumergidos y amenos entre si. Con un brazo ella se abrazaba fuertemente al torso del varón, con su mano libre sujetaba su sombrero evitando que el aire se lo llevara.
Entraron a una zona especial para picnic's, pero al ser miércoles, solo había un par de parejas. Rodearon el área un par de veces hasta llegar al lago principal, comieron un par de sandwich que un vendedor llevó y volvieron al camino. Transcurrieron al menos 20 minutos para que él hablara.
— ¿Has ido alguna vez al puente colgante? —
— No soy fan de... — demasiado tarde, ya habían llegado.
El pánico la hizo temblar, sin embargo no tuvo ni un segundo cuando ahora quién era tirada de la mano, era ella. Sero la tomó con cariño y dulzura.
— Estoy aquí, jamás permitiría que algo malo te ocurriera. — le mostró una sonrisa.
Tras un suspiro y palabras de apoyo a ella misma, dió un paso al frente. El puente se movió y Lucy se encogió en su lugar, Sero la tomó por las mejillas, la miró a los ojos y aún manteniendo ese vínculo, la abrazó y uso su particularidad para llegar al otro lado, volvió a sonreírle.
Al separar las miradas, se encontraban en la copa de un árbol, este iluminado por luces anaranjadas, había una vista increíble.
— Es muy bonito. — observaba maravillada.
Pero él no observaba el paisaje, Sero la miraba a ella, el rostro de la chica indicaba asombro, sus ojos resplandecían, para él, ella era mágica.
— Tú eres hermosa. —
Hey, how are you?
Espero que bien, y si no, aquí ando por cualquier pedo.
Les dejo este capítulo y regreso en dos horas para publicar otro.
Tengan una linda mañana.
