CAPITULO 16: LAS MONTAÑAS DEL INFIERNO- Parte 1.

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|Pensamientos|: |enserio, aun ven necesario que siga escribiendo esto?|.

(Acciones): (sonríe), (enojado), (somnoliento).

CAPITULO 16: LAS MONTAÑAS DEL INFIERNO- Parte 1.

Hermes había llegado dentro de Orario y se dispuso a ocultarse en su hogar para que nadie sospechara de él, mientras que todos los demás miembros que participaron en la operación se dispersaron, para que luego fueran llamados por el gremio para poder apaciguar el ataque.

Lo primero que hicieron fue ayudar a los guardias que habían dejado mal heridos y los llevaron a un sitio de rehabilitación.

El gremio no sospechaba de movimientos internos respecto a aventureros, pero aun así se extrañaron demasiado al enterarse por parte de un guardia que había dos aventureros de Orario involucrados y que no se trataban de simple bandidos, luego de eso todos fueron hacia el exterior para buscar a los culpables, aunque también se sorprendieron al no poder visualizar a ningún guardia en la muralla para que le diera indicaciones, aunque mucho más tarde se enteraron que algunos aventureros los habían llevado al hospital.

De momento no habían pedido la identidad de los 2 aventureros involucrados, pero cuando lo hicieran, por lo menos tendrían a algunos culpables y si los capturaban, podrían descubrir quiénes fueron los otros, ya que estaba muy claro que era imposible que haya sido obra de solo dos aventureros y un hombre o mujer encapuchado.

Después de dirigirse hacia el lugar de la increíble explosión y no encontrar nada más que un inmenso incendio y restos distinguibles de la carreta que el guardia había reconocido como la involucrada en el ataque, todos decidieron abandonar la búsqueda de momento para centrarse en los primeros dos culpables que tenían en la mano. Pero esperarían hasta mañana a primera hora para anunciar tales datos, de momento lo mejor sería que todos se fueran a dormir y resolver este gran problema al siguiente día. Especialmente porque ya tenían demasiados problemas con la destrucción de un distrito completo que sucedió hace muy poco y la mayoría de los miembros del gremio estaban exhaustos por el trabajo.

Después de una noche bastante agitada, todos se fueron a dormir a las 1 de la mañana.

Todos a excepción de dos personas que no la estaban pasando precisamente bien en estos momentos...

CON BELL Y WELF.

Welf: (con leves picos de hielo saliendo debajo de sus ojos y nariz por el viento y el frio) bien, vamos 3500 metros. Aún faltan otros 1000 metros más y ya no siento la cara!

Bell: (rodeado de fuego) (sonriendo) yo te dije que sería algo duro.

Welf: (con un leve tic en el ojo derecho) lo dice el tipo que va rodeado de fuego para no congelarse.

Bell le dio una leve sonrisa antes de seguir escalando.

En ese momento se encontraban en el trayecto más difícil de la montaña, debido a que era una pared de hielo con una corteza sorprendentemente dura, gruesa, y lo peor de todo, resbaladiza hasta el infierno.

Ambos utilizaban sus armas de mano para ir escalando lentamente la pared de hielo gigante, por suerte ambos estaban en plena forma y en su mayor parte estaban bien abrigados, por lo menos Welf, ya que Bell llevaba su armadura de bajo de una túnica gris que le había regalado Freya, mientras que debajo de la armadura tenía una camiseta manga corta y unos pantalones ajustados negros. De todas formas, gracias a su capacidad de crear fuego no estaba sufriendo un ataque de hipotermia en este momento.

Welf llevaba puesto una túnica hecha de pieles de animales que cubría todo su cuerpo a excepción de su cara y sus pies y era tan gruesa que no tenía problema en desviar el viento helado y la temperatura menor a 8 grados, mientras que debajo llevaba su armadura y una vestimenta algo gruesa, que consistía de una remera manga larga de color negro y sus pantalones eran del mismo color y unos guantes de abrigo blanco.

Bell, el Conejo Blanco de la familia Freya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora