CAPITULO 29: ¡LA REUNIÓN DEL OLIMPO!

3.4K 300 128
                                    


|Pensamientos|: |En serio, no sé cómo pude sostener diálogos estúpidos durante 30 partes diferentes, ¡pero lo logre! Aunque no estoy seguro si voy a poder seguir haciéndolo hasta que termine la historia|.

(Acciones/gestos): (sonríe), (abre la puerta), (enojado), etc.

CAPITULO 29: ¡LA REUNIÓN DEL OLIMPO!

Irelia logro posarse en el borde del cráter en donde se encontraba Welf y luego comenzó a deslizarse por la pendiente hasta llegar al lado del pelirrojo, que aún se encontraba inmóvil, pero con una sonrisa.

Welf: (sonriendo) ya no veo la figura de esa cosa gigantesca por ningún lado. Parece ser que Bell ha terminado con esta noche infernal.

Irelia: (preocupada) ¡no deberías de haber hecho eso! Tienes suerte que ninguno de tus huesos quedaran hecho añicos después de semejante caída.

Welf con algo de lentitud giro su cabeza y miro a Irelia, solo para ver que su rostro estaba algo magullado y estaba sangrando por la nariz y boca. Además de que tenía una herida algo profunda en el hombro izquierdo que parecía haber inmovilizado todo su brazo. Por suerte su vestimenta no había resultado tan dañada, por lo que Welf no debía temer que un fuerte derechazo terminara en su rostro.

Welf: (serio) ¿no te has hecho daño?

Irelia: (seria) oye,¿ al menos escuchaste lo que eh dicho?.

Welf: (mirando su hombro) (serio) demonios. Tenemos que sanarte ese hombro rápido antes de que se infecte.

Welf intento darse la vuelta para agarrar a Irelia en forma nupcial, como lo hacía habitualmente cuando estaba herida. Pero cuando intento moverse, sus piernas no respondieron de forma adecuada e Irelia lo tomo con su brazo bueno justo a tiempo, antes de que su cara se estrellara contra el piso.

Irelia: (sonriendo) primero deberías preocuparte por tus heridas.

Welf: (sonriendo débilmente) ¿Qué heridas? Solamente tengo cada fibra de mi cuerpo entumecida y no siento los brazos, pero no tengo heridas. El aturdimiento se me pasara rápido.

Irelia: (sonriendo) lo que digas hombre duro. Pero déjame ser quien te ayude esta vez a llegar a casa.

Welf dio una pequeña sonrisa mientras intentaba acomodarse en el hombro de Irelia lo mejor posible. La amazona le ayudo a acomodarse correctamente y no pudo evitar pensar que el rostro de Welf estaba demasiado cerca. Un pequeño sonrojo apareció en su rostro, algo que alarmo a Welf.

Welf: (serio) lo sabía. Ese monstruo tenía algún tipo de veneno, ¿verdad? Rápido, ¡tenemos que darnos prisa antes de que el efecto sea crítico!

Welf intento moverse rápidamente pero fracaso nuevamente y se tropezó. Pero al estar siendo ayudado por Irelia, esta lo empujo levemente hacia ella y Welf termino en frente de ella y su rostro estaba pasando justo por el hueco que había entre su cuello y hombro.

Welf se sorprendió bastante, ya que Irelia lo estaba abrazando muy fuerte con el único brazo móvil que tenía en esos momentos.

Welf estuvo a punto de decir unas palabras. Pero Irelia hablo primero.

Irelia: (con los ojos vidriosos) Welf, ya no puedo aguantarlo más. Yo... te quiero.

Welf ensancho los ojos antes la declaración. No era ningún tonto y entendía bastante bien que ese "te quiero" no eran dos palabras amistosas. Con el tono que lo dijo se olía a miles de kilómetros que era una confesión.

Welf: (suavizando la mirada) Entiendo, yo también te quiero. Pero tienes que entender, Bell y yo no estaremos aquí por mucho más tiempo.

Yo nunca me atreví a decírtelo justamente por esa razón, y estoy seguro que de alguna forma también sabias que nosotros nos marcharemos de este lugar en muy poco tiempo y no querría dejarte sola. Eres el gobernante de este lugar y no puedes simplemente venirte con nosotros. El gobierno siempre ha sido por sucesión hereditaria y sería una estupidez romper cientos de años de tradición solamente por nuestro amor.

Bell, el Conejo Blanco de la familia Freya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora