EPÍLOGO: ¡EL GRAN VISITANTE LLEGA A ORARIO! (+18)

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Bueno, aquí te dejo el Epilogo!

Lo siento si no hay algunas cosas que tu querías, pero más que esto no se me ocurrió.

Antes de comenzar, sé que muchos me dieron la idea de que Bell y Freya tuvieran una hija. Ya les digo que desde el vamos no se podrá hacer, ya que Bell sigue siendo un "mortal" en varios sentidos, y en ningún momento se quitó la prohibición de 0 semidioses. Por esa misma razón, la mama de Bell es la última semidiosa que apareció en más de 40 años.

Ahora sí, no tengo nada más que agregar y solo puedo decir que lo disfrutes!

AH. Ya sé que lo eh dicho muchas veces, pero por si las dudas te lo vuelvo a recordar.

Te daré un aviso cuando comience y termine el lemon!

EPÍLOGO: ¡EL GRAN VISITANTE LLEGA A ORARIO!

VARIOS DÍAS DESPUÉS DE LA GUERRA...

Bell se encontraba arrodilla en frente de la tumba de Welf mientras tenía una sonrisa triste en su rostro. El peliblanco miro hacia su izquierda, para ver que Irelia estaba a su lado, mientras acariciaba la lápida con una expresión triste en su rostro.

De tras de ellos, se podía ver que Zeus permanecía cruzado de brazos, con una mirada seria en todo momento.

Irelia dio un pequeño suspiro de dolor mientras observaba la tumba con clara pena en sus ojos, "Ojala las cosas no hubieran terminado de esta manera..." Irelia dio una pequeña sonrisa mientras acariciaba la lápida, "Aun así, debo ser fuerte para cuidar a nuestra hija."

Bell dio una pequeña sonrisa un tanto triste, "Estoy seguro de que Welf así lo hubiera querido." El peliblanco rápidamente la rodeo con una mano para darle un pequeño abrazo, mientras la mujer se ponía a sollozar y unas lágrimas comenzaban a caer de su rostro, "Solo asegúrate que tu hija visite este lugar, y sepa que su padre fue un gran hombre." Menciono Bell con una expresión seria, mientras hacia todo lo posible para consolar a la mujer destrozada.

"¡Si!" fue lo único que dijo Irelia, mientras presionaba el rostro en la lápida y comenzaba a llorar con más fuerza.

SALTO DE LINEA.

Después de varios minutos, finalmente Irelia se pudo tranquilizar gracias al apoyo emocional de Bell y sus propios pensamientos luchones, que no le permitieron estar así por más tiempo.

Finalmente, Irelia se levantó dándole una pequeña palmadita final a la lápida, para luego mirar a Bell con una sonrisa, mientras se limpiaba las lágrimas. "Gracias por llevarme hasta aquí y comentarme todo lo sucedido cuando tuviste la oportunidad."

Bell simplemente dio una sonrisa entre dientes y se levantó, "No hay de qué." Rápidamente, Bell cambio su sonrisa a una más nerviosa, mientras se frotaba el cabello con vergüenza. "Me hubiera gustado ir mucho más rápido. Pero el asunto de mi mudanza y que los habitantes no me dejaban mucho espacio hizo que todo se complicara mucho."

Irelia dio una pequeña carcajada mientras observaba a Bell y apoyaba una mano sobre su hombro. "Cierto. Me habías contado que cuando llegaron con Welf, ni siquiera tuvieron tiempo de mudar sus pertenencias de las carrozas."

"Si. Además de que no la tuve fácil, porque la habitación de Freya-sama se encuentra en el último piso de la Torre Babel." Explico Bell con una pequeña sonrisa.

Irelia ensancho un poco sus ojos un tanto sorprendida, "¿La habitación de Freya-sama?" luego cambio su expresión levemente confundida a una sonrisa pícara, "asique, ahora vivirás en el mismo lugar que tu Diosa. Veo que sucedieron más cosas de las que no me has contado."

Bell, el Conejo Blanco de la familia Freya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora