Bell, el Conejo Blanco de la familia Freya.

CAPITULO 35: REGRESANDO A CASA.

CAPITULO 35: REGRESANDO A CASA...

"De todos los besos que eh tenido, diría que este fue el más intenso, y por mucho".

"Bueno... para ser mi primer beso de verdad, no ha estado tan mal".

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Bell se despertaría de golpe mientras tenía un poco de sudor en su rostro.

Bell: (tomándose el pecho) mierda... que sueño más intenso.

Después de ese pequeño arrebato, Bell se recostaría nuevamente en la cama y se pondría a pensar de lo que aria una vez que volviera a Orario. Principalmente, lo que aria una vez que se cruzara con Freya.

Últimamente, ha tenido sueños parecidos, pero la mayoría eran amistosos. Este último no tenía nada de amistoso.

Bell: (mirada determinada) (serio) Últimamente eh estado perdiendo el sueño, soñando con las cosas que podríamos ser una vez que regrese. Pero más que nada eh estado pensando, pensando mucho sobre lo que haríamos con tu pasado. Finalmente eh tomado una decisión, y cuando nos reencontremos no contaremos tus mentiras, solo estaremos contando estrellas. (Alzando su brazo hacia el cielo, mientras que la venda se deshacía un poco y se dejaba ver las horribles cicatrices que tenía) (Apretando fuertemente el puño) si, solo estaremos contando estrellas...

Un fuerte golpe se escuchó a través de la puerta, haciendo que Bell se sobre exaltara un poco.

Hades: (hablando desde el otro lado de la puerta) Bell, ¿ya te levantaste? Hoy volveremos al pueblo después de que te despidas de Zeus. No pierdas el tiempo.

Bell: (nervioso) ¡Ahora mismo voy!

Bell se levantó rápidamente, y lo hizo tan rápido que se sorprendió enormemente.

Bell: (confundido) ¿Pero qué...? (mirando hacia el costado de su cama, viendo que estaba el traje de entrenamiento) (sonrisa nerviosa) oh por los dioses. Me olvide completamente que ya no llevaba puesto eso. Sacármelo únicamente para tomar baños hizo que me acostumbrara totalmente a su peso.

Bell rápidamente le restó importancia a sus pequeños dilemas, y se vistió rápidamente con tu típica vestimenta negra que ha estado sosteniendo estos últimos años. También guardo un pequeño maso de cartas que había utilizado en su corto tiempo libre para jugar con Hades.

Bell: (ajustando fuertemente la venda de su brazo derecho) (mirando de reojo a su bolsillo) nunca pensé que un juego de cartas me distraería lo suficiente como para salvarme de mi agonía en los primeros meses...

Bell rápidamente salió de los aposentos de Hades, y cerro fuertemente la puerta, para luego comenzar a correr en dirección a los aposentos de Zeus.

SALTO DE LINEA

Tanto Zeus como Hades se encontraban sentados en la cama del Dios del Rayo, mientras estaban esperando a Bell.

Zeus: (serio) ¿Estás seguro de hacer esto? Puede llegar a darte varios problemas.

Hades: (con expresión aburrida) puedes estar tranquilo. Yo no cometo actos que vayan en contra de las reglas, a menos que tenga una buena excusa para zafar del castigo. (Mirando de reojo a Zeus) no como otros...

Zeus solo lo observo algo fastidiado, pero no dijo nada al respecto ya que tenía toda la razón.

Después de unos pocos segundos, se escuchó que alguien tocaba la puerta.