19. Jack

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Me desperté abrazado a Grace. Su piel desnuda estaba caliente, ya que habíamos pasado toda la noche abrazados y tapados con una manta. Besé su mejilla y me dirigí al baño para darme una ducha. Después de anoche, algo había cambiado entre nosotros, y sabía que ambos lo sentíamos. Algo nos había vuelto más pegados, más juntos. 

Salí del baño ya vestido y con el cabello mojado. Ella todavía estaba dormida, así que decidí ir a la cocina a prepararle el desayuno para llevárselo a la cama. Hoy era el gran día de la presentación y teníamos que estar bien alimentados, sino los nervios provocarían que Grace se desmaye. 

Mis padres todavía estaban dormidos, así que el desayuno lo hice en silencio. Un té para cada uno, unas tostadas y lleve galletas por si las dudas. Volví a mi habitación y dejé la bandeja en mi escritorio. Me acerqué a ella y besé su mejilla.

—Hey... Grace... -la llamé, moviéndola un poco-. Hay que despertarse, en media hora hay que ir al colegio... es nuestra presentación...

Ella abrió los ojos y me miró. Sonrió y besó mis labios.

—Buenos días, Jack... -dijo, sonriendo-. Mm... ¿té? 

Yo asentí y agarré la bandeja, para luego dejarla en la cama.

—Preparé el desayuno... 

—Eres el mejor -dijo ella, sonriendo. Me senté en la cama y ambos empezamos a desayunar- ¿Estás listo?

—Claro que sí -contesté, llevándome una tostada a la boca-. Nos sacaremos un diez, no lo dudes.

Ella sonrió y seguimos desayunando. Una vez que terminamos, lleve la bandeja a la cocina, mientras ella se bañaba y preparaba para el instituto.  

Una vez que estuvo lista, nos subimos a mi auto para ir al instituto. Todavía faltaban quince minutos para empezar las clases, así que mientras esperábamos a que toque el timbre, yo saqué un cigarrillo y lo prendí. Grace me miró con mala cara y yo la miré sin entender.

— ¿Qué? -pregunté, mientras dejaba ir el humo.

—Odio que fumes, Jack, ¿sabes que esas cosas matan? -me dijo, arrugando la nariz-. Sé que no puedo obligarte a dejar de hacerlo; pero al menos, ¿puedes evitar fumar cuando estás conmigo?

Yo suspiré, asentí y apagué el cigarrillo con la suela de mi zapatilla. Ella me sonrió aliviada. Yo me puse un chicle de menta en la boca. Tomé su mano y la acerqué a mi. 

—Lo siento... no lo sabía -dije, haciendo pucheros. En serio no lo sabía- ¿Por qué no te gusta que fume? 

Ella suspiró y besó mis labios. Luego, se remangó la camisa del colegio, para señalar el tatuaje de una margarita que tenía en el antebrazo, en la parte del codo (1). En el centro había una quemadura.

— ¿Ves esto? -preguntó, señalando la quemadura, a lo que yo asentí-. Esto lo hizo mi padre, con un cigarrillo, el mismo día que lo detuvieron, justo antes de que el policía lo pueda agarrar. Los cigarrillos los odio, no sólo porque te pueden matar, Jack, sino que también porque es un recordatorio de lo que le hicieron a mi padre; y de lo que él casi me hace a mi. 

—Wow... yo... lo siento, Grace... -dije, dándole un pequeño beso en los labios-. No lo sabía... yo...

—No pasa nada, Jack -me interrumpió-. No tenías porqué saberlo...

—Entonces... -dije, arrugando la frente-. Hay algo que no entiendo, ¿por qué te has tatuado algo  en un lugar que te recuerda a cosas horribles?

—Lo hice... -empezó a contestar, suspiró, y siguió-, por qué a veces podemos convertir nuestros horrores del basado en cosas hermosas del futuro... Y está flor es hermosa, y siempre me recuerda que por más que no haya tenido un momento lindo en el pasado, todo puede volverse a mi favor. 

Yo sonreí y la besé. La amaba tanto... Saber que ella había pasado por lo que había pasado, sin embargo... todavía era positiva hacia el futuro, todavía quería ser feliz. Y aquello, me motivaba día a día a ser mejor. 

—Sabes que te amo, ¿no? -dije, besándola, otra vez-. Demasiado.

Ella rio y me volvió a besar. 

***

La hora de literatura había terminado, y con ello nuestra presentación. Nos había ido perfecto. La profesora estaba más que satisfecha y nuestros algunos de nuestros compañeros salieron con cara de preocupación. Éramos los primeros en rendir, y ellos sabían que no llegarían a nuestro nivel. 

Nos dirigimos con Grace al parque, donde nos encontramos con Ash y Scott. Junto con él estaba Abigail. Grace alzó las cejas hacia mi, antes de llegar. Ambos sabíamos que Abby no le caía bien a ninguno, excepto, claro está, a Scott. Pero ninguno decía nada, queríamos demasiado a Scott para no pasar tiempo con su chica.

— ¡Grace! ¡Jack! -exclamó Ash, en cuanto nos vio, con felicidad- ¡Han estado perfectos en la presentación! No lo puedo creer, espero que con Paola lleguemos a su altura. Los envidio tanto... 

—Y Grace anoche no paraba de decir que nos iba a ir mal... -dije, rodando los ojos, en forma de chiste. Ella me miró de manera desafiante. Yo reí-. Te lo he dicho, somos los mejores.

Scott rodó los ojos.

—Si sigues siendo tan humilde, Jack, el resto comenzará a pensar que no eres el chico malo -bromeó él, provocando unas risas.

Ash, Grace y yo miramos a Abigail, como si estuviera loca, ya que está rió como si hubieran dicho lo más gracioso del mundo. Cuando terminó, me miró, encogiéndose de hombros.

—Entonces dejarías el estereotipo de "chica buena" y "chico malo" terminan juntos, vaya a saber uno como... -comentó, riendo-. Ah... no... espera, Grace no es una chica tan buena después de todo. 

Antes de que alguno pueda decir algo, Grace habló, completamente fuera de sus cabales.

— ¡Por favor, ya cállate! -exclamó, enojada- ¿No te das cuenta que, fuera de Scotty, ninguno de nosotros te soporta? Al principio me caías bien pero... ¡Estás rompiendo a la banda Yoko! -exclamó, lo que casi me hace reír. Mi novia hacia buenas referencias; lo peor, era que tenía razón-. Estás pegada a nuestro mejor amigo desde que viniste a cenar con nosotros, automáticamente te has nombrado parte de nuestro grupo, cuando ninguno te aceptó. Haces comentarios sobre todo lo que hacemos o decimos. No sé, la verdad, como es que estás con ella, Scott. Teniendo en cuenta, que Abigail es amiga de las chicas que nos odian, vaya a saber uno porqué, desde que llegué al colegio. Y más ahora desde que Jack y yo estamos juntos -dijo, dirigiéndose a nuestro amigo, para luego mirar a Abigail-. No sé cuál es tu problema o porqué estás con Scott, pero cuando lo averigüe, espero que no sea por conveniencia.

Y antes de que alguno de nosotros pueda agregar algo, se fue.

Todos nos quedamos con la boca abierta. Nunca había visto tan enojada a Grace y realmente me había sorprendido.

—Sabes... Scott... -dijo Ash, suspirando-. Grace tiene razón, hay algo en Abigail que no cierra. 

Después de eso, se dio media vuelta y se fue. Scott me miró, con desesperación. No sabía que decirle. Grace tenía razón. Sólo me encogí de hombros.

—Lo siento, hermano.

Luego de decir eso, me di media vuelta, y yo también me fui. 


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N/A: (1) La foto de multimedia muestra (mas o menos) donde está el tatuaje de Grace, y como sería.


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