22. Jack

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Acomodé el moño y me miré en el espejo.  Hoy era el día de la cena/baile de egresados. Un grupo de nuestro curso había organizado en el gimnasio del colegio una fiesta para los alumnos, sus familiares y algunos profesores, para celebrar nuestra graduación. Iba a haber una banda de unos chicos de cuarto año del secundario tocando y todos teníamos que ir formales. 

Bajé por las escaleras y me encontré con mis padres y mi hermana Frankie estaban allí, esperándome. Nos juntaríamos con el resto en el colegio, así cada uno se podía preparar tranquilo. Además, moría de ganas de ver a Grace en el vestido que se había comprado; y si estábamos al lado de nuestros padres no podría decirle cosas que la harían sonrojarse.

—Wow, hermanito... -dijo mi hermana, riendo-. Cuando quieras usar ese traje, mejor avísale a Grace porque las chicas vendrán por ti.

Yo rodé los ojos y nos dirigimos a los autos. 

Una vez en que llegamos al gimnasio del colegio, abrí la boca en modo de sorpresa. Habían hecho un hermoso trabajo. Las paredes blancas ahora estaban cubiertas con telones negros, decorados con fotos de todos a medida que pasaban los años. Había una bola de boliche en colgando del techo y muchas luces decorativas, en el centro, donde se encontraba la pista de baile. En los alrededores estaban las mesas, vestidas de blanco, y un lugar desde donde estaba la banda de los chicos de cuarto año. Se veía todo genial, los chicos se habían pasado.

Encontré a Scott, Ashley y Julian en una esquina, riendo. No había señales de Abigail, así que me acerqué, sin problemas. Julian y Scott traían puestos un traje, en cambio Ash llevaba puesto un vestido largo color rojo. Lo hacía lucir y la hacía verse más hermosa de lo que era. 

—Luces bien, Ash -comenté, mientras llevaba. Ella me abrazó y yo reí-. Buenas noches, chicos.

—Si crees que yo me veo bien, no sé como reaccionarás al ver a tu novia... -dijo Ashley, tomándole la mano a Julian-. Mira, allí viene.

Giré mi cabeza hacia donde Ash señalaba y abrí la boca en modo de sorpresa. Sentí cómo si la música desapareciera, cómo si el resto de los que estaban en el gimnasio desaparecían. Parecía como si una luz enfocara a Grace, como en esas escenas de películas románticas de adolescentes, y creí dejar de respirar por unos segundos. Grace se veía hermosa. Traía su cabello suelto y parecía un poco incómoda. Vestía un vestido blanco que le quedaba por arriba de las rodillas y unos tacos blancos que lo acompañaban. Grace era hermosa, pero en ese momento, cuando nos miramos a los ojos a la distancia, se veía más hermosa que nunca.

Por todos los Dioses, la amaba tanto. 

Se acercó a nosotros y me sonrió tímidamente. 

—Wow... Grace... tú... -empecé, sin saber muy bien que decir-. Te ves hermosa.

Ella besó mis labios y luego saludó al resto. 

— ¿El plan de esta noche sigue en marcha? -le preguntó a Scott-. Digo, ¿agarrarás el celular de Abigail cuando no esté mirando? 

Él asintió y pude ver como en su mirada había una especie de amargura. Cómo si no estuviera muy seguro de lo que quería hacer respecto a aquella chica, como si estuviese dudando.

—Hey... Scott -dije apoyando una mano en el hombro de mi mejor amigo-. No lo haremos si no quieres. No es una obligación... Después de todo, ha sido tu idea. 

—Sí. Si quiero -me contestó, asintiendo, esta vez con mucha más seguridad-. Lo haré. Merezco saber... Y si no hay nada que saber... Bueno, eso también estaría bien. Pero Abby está actuando extraño. No lo sé...

Ashley lo abrazó con fuerza. Yo abracé a Grace. Pensando en que si algo de eso me llegara a ocurrir a mi, creo que moriría. 

***

EternalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora