Joel sonrió tímidamente al saludar a Adrián, se sentía pequeño en medio de todos unos hombres ya. Tal vez era porque ellos eran mayores, o solo porque se había acostumbrado a ver solo a Christopher, él tenía un aspecto de niño aún. Claro, tampoco era que le llevaran muchos años, pero definitivamente se notaba la diferencia. No se imaginó que el castaño fuera a quedarse hasta la noche con ellos, había ido para estar solo con él, pero en realidad se sentía fuera de lugar. Él le daba esta vez mucha más importancia a ellos, a la mulata en realidad.
Lo miró, lo miró como siempre hacía cada que estaba con él. No supo en realidad cuánto tiempo pasó, el hecho es que esta vez sí se sintió avergonzado cuando él le devolvió la mirada, probablemente sintiéndose incómodo. A diferencia suya, Christopher sí reflejaba mucho con la mirada, pero en ese momento no lograba entender cuál era su expresión. Ladeó una sonrisa de forma casual, tratando de no parecer un psicópata.
Valeria dejó de hablar el notar, que en efecto, el castaño no estaba ni escuchándola. Dirigió la mirada a donde él la tenía clavada, pero solo estaba su amigo, no entendía qué carajo estaban haciendo al mirarse con estúpidas sonrisas de ternura. Agitó su mano frente a la cara del mayor y trató de hacer su mejor cara de confundida, porque en verdad lo estaba.
—¿Todo bien, amigos?
—Sí —Christopher desvió la mirada hacia ella —, estaba pensando en ir a tomar algo el sábado siguiente.
El rizado hizo una mueca y bajó la cabeza. ¿Hablaba en serio?, quería entender qué clase de relación había entre Valeria y su amigo, se sentía mal por odiar que de repente le estuviera dando más atención a su conquista, no estaba acostumbrado y le dolía. Era un idiota por creer que en realidad siempre iba a estar de primero en su vida.
—No he tomado en años y no me apetece hacerlo, pero sería buena idea ir un rato a echarnos unos pasitos —la miró detenidamente, su forma de hablar era alegre sin llegar a ser exagerada —, como antes lo hacíamos.
—Bueno, pues conmigo no cuenten porque ya tengo mis planes con mi esposita amada —el otro chico levanto el dedo, donde se podía notar un anillo, argolla para ser exactos —. Ustedes saben que soy sanito.
—Sí, se casó con la primera novia a los dieciocho años —el castaño comentó con gracia a Joel, quien tenía un semblante aburrido —. La verdad es que sí parece buen hombre, pero quién sabe qué pasará en un futuro.
—Yo soy la persona más fiel y dedicada del mundo, pero no me gusta comprometerme con algo tan serio como lo es el matrimonio —Valeria pausó la película.
—¿Y tú?, este se nota que tiene varias noviecitas —Adrián sonrió pícaramente al dirigirse al menor.
—Joel es gay.
El rizado miró a Christopher de forma más profunda, convirtió su expresión en un reproche. El castaño borró su sonrisa lentamente al darse cuenta de lo que había dicho, olvidaba que probablemente su amigo no quería expresarle ese detalle a todos. Pasó saliva al ver su cara de desilusión, lo menos que quería era hacerlo enojar o parecer indiscreto. No sabía si Joel le había tenido la confianza suficiente para contárselo, si tal vez era una de las pocas personas en saber.
Valeria levantó ambas cejas, pero sin llegar a formar una expresión exagerada. Que ella supiera, Christopher era totalmente heterosexual, pero la forma en la que se miraban, con tanta complicidad, no encajaba en una amistad así. Ahora la idea de que ese muchacho sintiera un gusto por su amigo era una gran posibilidad.
—No importa, no hagas esa cara, tus gustos no te hacen diferentes —Adrián trató de romper el incómodo silencio, lo menos que quería era hacer sentir al menor en desaprobación.
—Yo ya me voy —Joel se levantó —, gracias —dirigió la mirada al otro chico y le sonrió de forma amistosa.
—Joe, quédate un rato más —Christopher lo tomó del brazo y se acercó un poco —. Disculpa si dije algo que no tenía que decir.
—No soy gay, yo soy bisexual, por si no te quedó claro desde un principio.
—¿Y qué importa?, has salido con chicos solamente.
Joel sonrió de forma sarcástica, ya tenía ganas de irse y dejar de soportar a la chica casi encima de él. Christopher hizo más fuerte el agarre y empezó a caminar hacia la escalera, arrastrando a su amigo con él. Los dos hermanos miraron los escena confundidos, ambos tenían un trato raro, demasiado extraño para lo que estaban acostumbrados.
—¿Me quieres decir qué te pasa?, esta vez es en serio —el castaño lo soltó después de haberlo casi empujado a la cama —. Si no me dices de una vez, te juro que...
—Quería hablar contigo, que estuviéramos un rato solos —hizo énfasis en la última palabra —. Tienes todo el tiempo del mundo para seguir viendo a esos dos.
—Ellos también son mis amigos y estaban aquí primero.
—Por eso me voy, soy yo quien está sobrando aquí.
—No seas complicado, estoy diciendo que no debes ser tan egoísta —el rizado sintió una opresión en su pecho al escuchar ese tono en el contrario, cómo poco a poco iba subiendo la voz y se iba notando el enojo —. Estoy cansado de ti y de tus estúpidos cambios de emociones todo el tiempo.
—¡¿Entonces por qué no me dejas ir de una vez si tan harto estás de mí?! —subió de igual forma la voz, ya no le importaba que hubiera gente en la sala de estar.
—Porque... porque yo te quiero y no voy a aceptar tan rápido que ya no encajamos tú y yo —Christopher se acercó y le puso un dedo en el pecho —. No quiero sonar egocéntrico, pero esto no es mi culpa, yo siempre he dado lo mejor como amigo.
Joel asintió lentamente y se levantó, su mirada era tan dolida que hizo que el mayor se arrepintiera de todo lo que anteriormente había dicho. Lo vio tomar la alfombra que pertenecía a su casa y que había olvidado por completo devolver, lo miró todo el tiempo, vio la forma en que su reacción se volvió agresiva de un momento para otro. Su expresión parecía desesperada, lo que tal vez justificaba su brusquedad al casi chocar con la misma puerta que no estaba del todo abierta.
—No sé cómo pude enamorarme de alguien como tú —el menor dio media vuelta mientras seguía caminando hacia atrás para salir —, tan «perfecto» —levantó sus cejas, poniendo en duda dicha descripción.
Caminó lo más rápido que pudo para salir de allí, ignorando a los dos que miraban discretamente, probablemente queriendo saber por qué se había ido tan enojado. No pasó ni medio minuto cuando empezó a arrepentirse de lo que había dicho, ahora sí había jodido todo, ya no tenía un amigo, ya todo serían recuerdos. Tal y como un día lo temió, había perdido su amistad, pues ya no podría ni siquiera mirarlo a la cara.
Christopher se quedó estupefacto, totalmente anonadado por lo que había sucedido en los últimos segundos de su vida. No entendía nada, era demasiado para asimilar, y no estaba listo. No creía que realmente existiera una posibilidad de que fuera cierto, debía ser una broma y eso esperaba. Sin embargo, Joel no era ningún payaso, no lo creía capaz de jugar con eso. ¿Y si hablaba en serio y siempre estuvo lastimando sus sentimientos de forma inconsciente? En cualquier caso, lo había dejado ir y eso debió significar una respuesta para su amigo. Podía apoyarlo en todo, pero jamás iba a corresponder algo así. Era casi su hermano, tal vez solo estaba confundido, era una etapa de dudas y querer experimentar.
—¡Chris! —escuchó a Valeria llamarlo, pero por primera vez no quería estar con ella.
Regresó con sus amigos y los despachó de forma educada, pero dejándoles claro que quería y necesitaba estar solo. Ya no quería cometer el error de darles demasiada confianza, ya tenía la experiencia con Joel de que había confundido totalmente las cosas.
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Look At Me • Virgato •
FanfictionSolo te pido una oportunidad para demostrarte lo que realmente es el amor, pero tú, al parecer no te das cuenta de lo mucho que quiero decirte. Mírame, y ve en mis ojos lo mucho que te amo... aunque no puedas corresponderme.