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—Me dijo que se sentía mal, está indispuesta y quiere que vaya por si necesita algo en la madrugada —Christopher tomó la mano de Joel mientras le contaba sobre la llamada —. Lo siento, tengo que ir.

—No te preocupes, ve.

—¿Estás seguro?, sabes que voy a hablar con ella pronto, pero esto es algo que haría por cualquier persona.

El castaño se sintió un poco más aliviado al verlo sonreír dulcemente, le hubiera gustado pasar la noche entera con Joel, pero ella también era alguien muy importante para él y casi que su novia a pesar de no ser del todo oficial. No podía estar tranquilo sabiendo que lo necesitaba en ese momento y que no estaba presente.

—Lo sé, Chris, tú solo ve y en otra ocasión salimos, ¿vale?

—Gracias por entenderlo, te prometo que mañana mismo hablo con ella para que veas que es en serio lo que te digo y lo que siento.

—Busca el momento adecuado, no te preocupes.

—Zabdiel nunca llegó, ¿lo notaste?

—La verdad es que no, deberías escribirle para ver si le pasó algo o solo se retrasó.

—Sí, ya le escribo para que no llegue porque ya nos vamos —el ojimiel sacó el celular de nuevo y dejó el mensaje.

—Vale.

—Vamos te llevo a tu casa y me voy al departamento de Valeria.

Ambos se levantaron después de que la cuenta fue cancelada y salieron de ahí para ir hacia el auto del mayor, quien notaba que a pesar de todo, Joel iba pensativo. Sabía que a él no le agradaba la idea de que siguiera con ella, y por supuesto que él tampoco estaba feliz con el asunto, pero tenía que encontrar la forma correcta de decírselo.

—¿Tienes que desviarte para dejarme en casa?, porque si quieres yo me voy por mi cuenta para que llegues más rápido con ella.

—Claro que no, yo te llevo, además no tengo que desviarme mucho —le abrió la puerta al menor para que subiera, pero antes de dejar que lo hiciera, lo detuvo con el otro brazo —. Te quiero.

Joel sonrió y dejó que el mayor uniera sus labios con los suyos para comenzar un delicado beso que no duró mucho, pero que parecía ser sincero. Subió al auto y esperó a que él también lo hiciera.

—También yo.

El rizado apoyó su cabeza en el vidrio mientras observaba con atención todo lo que ocurría por las calles en las que pasaban. Se preguntaba si realmente podía funcionar todo eso. Tal vez lo mejor era preponerse a sí mismo que iba a lograr conquistarlo, lo único que no le quedaba claro era el hecho de si aún le incomodaba que fuera hombre. 

Christopher podía negarlo muchas veces, pero aún seguía sin creerse que todo lo que un día soñó se estuviera haciendo realidad.

No intercambiaron ni una sola palabra en el camino, ambos iban metidos en sus propios pensamientos, tanto que Joel solo supo que había llegado porque el auto se detuvo y no por haberlo notado en los alrededores. La salida no había sido muy larga, tardó incluso más el camino, pero la había pasado bien con su compañía.

—¿Te parece si la próxima vez es un día completo? —el castaño sonrió y dirigió la mirada a su acompañante —. Necesito tener el tiempo suficiente para darte los besos que quiero.

—No sé, como quieras —Joel rio y se acercó hasta dejar un pequeño beso sobre la mejilla de Christopher, quien hizo un puchero al verlo bajar y no darle el último beso —. Suerte con ella, nos vemos luego. 

Look At Me • Virgato •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora