capítulo 15

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—En que piensas amor mío—. Susurro dulcemente, rozando suavemente sus labios en el cuello de su amado.

Farid dio un pequeño salto por la sorpresa, y el lugar donde rozaron los labios de Romeo lo sentía caliente, sintió los enormes brazos de romeo rodear su cintura desde la espalda, se estremeció al sentir el cuerpo de Romeo pegado a el, suspiro mientras enlazaba sus pequeñas manos con las enormes manos de su amado. Se preguntaba en que momento Romeo había  crecido tanto lucia totalmente diferente. Como un adulto, un cuerpo sumamente fuerte y lleno de músculos donde quiera que viera Farid podía ver solamente músculos y todo eso acompañado de su perfecto rostro, Romeo era perfecto. Farid sintió como el abrazo se hacia un poco mas fuerte y dio un pequeño grito haciendo que Romeo aflojara un poco aquel abrazo.

— ¿Cuándo te volviste tan fuerte?— Farid sonrió, se volteo quedado de frente a Romeo, buscando aquel par de ojos grises que tanto amaba. Unos ojos que no mentían. Farid con su pulgar toco las espesas pestañas de Romeo y susurró — ¿hoy por la tarde me reuní con Noah? Lo siento tan lejano, en tan poco tiempo ah cambiado—. Dijo con pesadez.

Farid tenia la esperanza que su situación mejorara y volvieran a ser tan unidos como para no esconder un secreto entre ellos. Mordió su labio ligeramente y se acurruco buscando un poco de alivio en el pecho de Romeo. Al menos ese día fue agradable compartir el momento cuando el bebé de Noah se movía en su enorme panza. Aún tenia la sensación en la palma de su mano. Sonrió. 

— Hoy el bebé se movió y lo pude sentir con mi mano…  fue mágico—
Farid tenia un su rostro una sonrisa de felicidad y anhelo de conocer al bebé que se formaba dentro del pequeño cuerpo de Noah, y se preguntaba como se sentiría estar embarazado. Con tales pensamientos le fue imposible no acariciar su vientre plano con una sonrisa en su rostro.

Aquel acto no paso desapercibido para el alfa. Romeo no perdió detalle en la bella cara de Farid mientras deslizaba su mano para tocar su vientre. Romeo incluso llego a imaginar un pequeño vientre en Farid y suavemente acaricio el vientre de Farid.

— Cuando te haga mi esposo te llenare de hijos— dijo mientras tomaba la mano de Farid y seguía acariciando aquel suave lugar. Aquel donde Romeo quería ver crecer a sus hijos.
Farid al escuchar esas palabras no pudo evitar dejar salir unas lagrimas, siempre pensó que tener un hijo a lado de la persona que amara seria el acto mas hermoso que podría pasarle a el. Y al escuchar esas palabras de la boca de romeo lo hicieron la persona mas feliz sobre la tierra. Farid asintió fuertemente con su cabeza a las palabras de Romeo que lo llenaban de felicidad.

— Ojala se parezcan a ti —.susurró dulcemente mientras limpiaba sus lagrimas.

— Yo quisiera que se parecieran a ti. mi amor eres tan bello y me encantaría que llevaran tus ojos marrones, esos ojos que tanto amo.—. Romeo no solo pensaba que los ojos de Farid eran hermosos sino todo en el le parecía demasiado bello, sus cejas, sus pestañas, sus dulces labios, su cabello que a veces parecía ser un desastre lo amaba. Simplemente era perfecto para los ojos de Romeo.
Farid no pudo evitar dejar salir un mar de lagrimas, las palabras de Romeo eran tan dulces que hacían derretir sus oídos y hacían que su corazón latiera fuertemente. Los sentimientos son mutuos. Se aman como si fueran el aire que respiran, se necesitan tan fuertemente y saben que los dos nacieron para estar juntos. 

Farid aún pensaba en como es que cancelarían el compromiso de Romeo, pero si algo salía mal Farid tendría listo el plan B. Aún no muy seguro de su decisión. Farid había comprado boletos para huir a la capital y de ahí seguir huyendo hacia un lugar mas pequeño talvez una cuidad muy pequeña donde nadie los pueda encontrar nunca.
Estaba seguro que Romeo siempre lo seguiría así como Farid seguiría a Romeo a cualquier parte del mundo. Lo sentía por sus padres pero el nunca aceptaría separarse de Romeo así tuviera que abandonarlos a ellos. Aunque viendo la situación Farid sabia que sus padres lo apoyarían y ayudarían ante cualquier circunstancia pero no se atrevía a decirles que estaba saliendo con Romeo con alguien comprometido, le preocupaba mas, todo lo que pudieran hacer los padres de Romeo una familia de Alfas que al parecer no aceptaban omegas ni betas en su familia y temía dañar la relación que los padres de ellos tenían y mucho menos dañar a la empresa de su padre.

Farid tenia demasiado estrés acumulado, sus delgadas manos temblaban casi todo el día y ahora al estar al lado de Romeo sentía como todo se iba de su cuerpo dejando una sensación de cansancio agradable. 

Romeo sentía el pequeño cuerpo de Farid en sus brazos y le hacían sentir todo tipo de emociones alegres, su corazón latía fuertemente. Romeo puede notar el estrés que Farid trata de ocultar pero Romeo lo conoce tan bien como a su palma de la mano y Farid mintiendo torpemente le hacían verlo mas tierno que nunca.

Romeo estaba enterado de todo. lo que sus padres querían para el, algo que estaba en total desacuerdo pero no podía lograr sus objetivos solo diciéndole a su padres. La situación que su hermano vivió era muy muy aterradora. Tenia que proteger a Farid y hasta el momento lo había logrado. No sabía que hubiera pasado si en el momento en el que el quería presentar a su amado a su loca familia hubiera pasado, nunca se hubiera perdonado cualquier daño que le hicieran a Farid, seria totalmente su culpa. Afortunadamente Farid se negó a aquella caprichosa petición suya y un tiempo después se entero del compromiso, en ningún momento levantó sospechas con sus padres lo ultimo que quería era que se enteraran de su relación con Farid. Pensó que aún tenía mas tiempo pero su madre había organizado un fiesta por su ingreso a una de las universidades mas importantes del país, Romeo sabia que era un pretexto perfecto para que su madre  anunciara su compromiso con Romina. Sabía que enfrente de tantas personas el no podría negarse a nada, temía que sus dudas delataran su relación con Farid. Tampoco podía hacer algo tan arriesgado como tomar a Farid y huir los dos. aunque por el momento podría ser la única solución.
Con un lio en su cabeza abrazaba a Farid de la manera mas tierna y se embriagaba en el olor que su cabello desprendía, su shampoo siempre le ah gustado.

— Amor, tengo que decirte algo muy importante— . tomo las delgadas manos de Farid depositando un montón de besos pequeños en ellas. Abrió los ojos y encontró un par de ojos marrones que no dejaban de llorar, los sollozos de Farid inundaban su mente. Romeo sabia que tenia que hacer algo pero no quería ser egoísta tomando solamente el sus decisiones.
Romeo no quería mentirle ni mucho menos engañar o ilusionar a Farid, es momento de la verdad. Con delicadeza limpio las mejillas de Farid que se encontraban empapadas en lagrimas, sentía su corazón partirse en dos al verlo llorar. En ese momento añoraba ver la resplandeciente sonrisa de Farid, escucharlo decir su nombre sonriendo y ver esos pequeños hoyuelos que decoraban sus mejillas. 

El sonido de la puerta abriéndose bruscamente los hizo voltear a ver de quien se trataba y la enorme figura del padre de Farid resaltaba entre aquellas personas, al ver ambos jóvenes en una cama le hizo enfurecer totalmente, la madre de Farid rápidamente se paro enfrente de su esposo evitando que este avanzara.

Farid no podía creer lo que sus ojos veían sus padres estaban ahí. Lo habían descubierto, estaba en shock no podía hablar y sentía un sudor frio recorriendo todo su cuerpo, sus manos empezaron a temblar. Afortunadamente Romeo le ayudo a sentarse a la orilla de la cama. Tomaba su mano fuertemente y le ayudaba a no perder el equilibro, Farid sentía que en cualquier momento podría desmallarse.

Su padre lanzo la pregunta con un tono de voz que erizaba los vellos a todos en la habitación, sus feromonas eran fuertes y todos ahí podían sentirlas excepto Farid extrañamente.

—¡¿quien es el, Farid?!—. Al padre de Farid en si no le molestaba el echo de que su hijo tuviera un novio, entendía que era joven pero estar en un departamento a solas con un alfa y que nunca presento a ellos como sus padres le hacia pensar cosas terribles de aquel joven alfa, simplemente era inaceptable.

— P… papá por favor no…— Farid no podía ver a los ojos de sus padres. tenia su mirada en algún punto del suelo.

Romeo noto el nerviosismo de Farid y dio un paso al frente — soy su no…— intento hablar pero fue callado con una bofetada que le hizo voltear la cara. El sonido fue fuerte y  su mejilla quedaba teñida de un fuerte color rojizo.

Farid al escuchar el fuerte sonido abrió los ojos sorprendido alzando la vista, se puso alado de Romeo abrazando su cintura.

— ¡No lo golpes! — su voz sonó clara y fuerte, no iba a permitir que sus padres dañaran a Romeo.

— ¡¿Quién es el?!— volvió a preguntar furiosamente.

— ¡Es la persona que más amo!— Farid contestó viendo a su padre con una mirada furiosa.
El padre de Farid trato de calmarse pero le era imposible al ver la manera en la que Farid le estaba hablando.

—¿y porqué no lo sabíamos? ¿Cuál es su nombre?— lanzo dos preguntas las cuales eran las mas importantes. Noto como Farid volvía a ponerse nervioso agachando la mirada otra vez. —¡contesta Farid! —

—R…Romeo Collins— dijo dudando, pudo notar como la expresión de su padre se deformo de la rabia, Farid había visto muchas veces a su padre discutir con su madre pero nunca lo había visto así de enojado. Tenia miedo.

Ahora estaba mas que claro la razón de que su joven hijo ocultara a su “novio” ese maldito alfa. apretó los puños y sintió como unas pequeñas manos tomaban las suyas en un delicado toque. Bruno el padre de Farid lentamente se relajo bajo su mirada y encontró el rostro de su amada esposa un par de ojos iguales a los de Farid. Bruno salió de la habitación para poder calmarse sabe que incluso estuvo mal haber golpeado al joven sin antes escuchar lo que ellos tenían que decir, no podía calmar sus pensamientos, pero estaba seguro no podía permitir que sugieran juntos. No después de escuchar a su amigo Edgar la idiotez que habían echo con la pareja de Adam su hijo menor. Edgar era un viejo amigo que lo acompaño toda su niñez y ahora en los negocios se encontraban muy unidos apreciaba su amistad pero eso no quería decir que estuviera desacuerdo con el tipo de pensamientos que tiene hacia todo aquel que no sea un Alfa puro.

La madre de Farid se quedo mas no dijo ni una sola palabra lo único que hizo fue abrazar fuertemente a Farid tratando de calmar su llanto, Farid no podía dejar de llorar. Vio a su padre entrar nuevamente a la habitación con una mirada que parecía querer matar a alguien.

—¡¿tu padre lo sabe? ¡ ¡¿sabe acerca de Farid y tú?! — rugió fuertemente parecía ser que su furia no disminuiría fácilmente .

Romeo entendió aquellas palabras al instante y comprendió que el padre de Farid sabia en la situación en la que estaban, alzo el rostro y dijo —No sabe nada—.

— ¡Ven conmigo!— dijo fuertemente.

—¡N..No padre! No le hagas daño por favor— la voz de Farid salía rota sigua llorando y sus sollozos se hicieron mas fuertes. Tomo a su padre del brazo para que no siguiera caminando y poco le importo a su padre llevarlo casi arrastrando de su brazo.

Romeo trato de detener a Farid al igual que su madre pero no pudieron llegaron a una pequeña oficina que había en el departamento.

—Entra—. Ordeno a Romeo.
Romeo entro sin vacilar. Vio como el padre se zafaba fácilmente del agarre de Farid y le cerraba la puerta en la cara poniendo el seguro de la puerta. Su corazón dolía no podía ver a Farid llorando de esa manera y escuchar los fuertes gritos de Farid del otro lado de la puerta lo destrozaban “ ¡No le hagas daño! ¡Padre! ¡Por favor! “. 





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