Dulces Sueños

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Joseph y Avdol, dejaron solos a aquellos dos jóvenes, mientras algunos empleados se llevaban las maletas de aquel grupo de hombres, Jotaro suspiro hondo y con sumo cuidado ayudo a Kakyoin para ir a su habitación correspondiente, gracias a qué el hotel tenía un elevador, este no podía agotarse más.

-¿Necesitas algo?- Pregunto Jotaro preocupado- ¿Algo de comer? ¿Agua?-

-Estoy bien Jotaro, gracias, solo necesito descansar-

Jotaro abrió la puerta de la habitación, la cual era blanca en su totalidad, tenía vista al mar, incluso se podía escuchar como las olas se rompían en la orilla, se podía aspirar el suave olor salado del mar, que parecía ser apacible para ambos jóvenes, hasta que vieron algo que los dejo anonadados.

-Jotaro...solo hay una cama-

-El viejo solo me dijo que compartíamos la habitación (aunque eso no me molesta para nada)-

Ambos jóvenes estaban sorprendidos pero al mismo tiempo dichosos, quizá era una oportunidad que no volverían a tener.

-Bueno te dejare ponerte cómodo-

Jotaro sonrió y le dejo en la cama mientras salía al pequeño balcón de la habitación, con un pequeño cigarro en la mano tratando de despejar su mente, perdiéndose en el profundo mar, aunque en aquel momento solo deseaba perderse en los ojos de Kakyoin, aquellos zafiros color morado, que desde niños le volvían loco.
Cuando entro de nuevo a la habitación, la tierna imagen que vió fue una de las más dulces que jamás hubiera visto, y que seguramente, jamás olvidaría.

Kakyoin se encontraba sin su usual uniforme, si no con un atuendo para dormir de dos piezas a rayas, color lila y blanco, el joven yacía acomodado en aquella basta cama siendo su tan calmada respiración y ligeros ronquidos los que llenaban el ambiente. Jotaro se acerco de manera silenciosa para ver un poco más de cerca tan tierna escena, viendo cómo el mechón rebelde del joven reposaba sobre la suave almohada, su rostro se veía tan apasible que hizo a Jotaro sonreír.

-Descansa- dijo suavemente para apagar las luces de aquella habitación -Como el viejo no me advirtió que solo era una cama-

Suspiro y se quitó su tan preciada gorra y su gabardina negra dejándolas en una silla cercana, permitiendo ver una camiseta color gris de resaque, dejando ver sus tan bien formados brazos, con sumo cuidado se sentó sobre la cama para retirar su calzado, para acto seguido acomodarse en el extremo opuesto de Kakyoin, siendo un par de centímetros los cuales los separaban.

Nadie supo cuando el sol comenzaba a hacer su aparición, iluminado sin piedad la habitación de ambos jóvenes, dejando ver un bello cuadro.

De alguna manera dormidos, Kakyoin y Jotaro se acercaron más entre ellos, Kakyoin posaba su cabeza en el pecho de Jotaro, este por su parte solo lo abrazaba por los hombros.

El sol se empeño en despertar a ambos jóvenes, quienes solo arrugaron sus ojos para abrirlos de a poco, al notarse en tal situación, ni siquiera se asustaron o cosa parecida, solo se pudo notar el pequeño rubor de Kakyoin estando en su misma posición levantando su rostro divisando el de Jotaro, este inclino un poco su rostro.

-Buenos días- Dijo Kakyoin sin apartar los ojos de aquel hombre- perdona creo que estoy acostumbrado a dormir solo-

Aunque comento aquella frase, no se movió, era algo que apesar de todo, deseaba estar con el de todas maneras posibles, aunque no era momento de pensar es aquella situación.

-No creo que te arrepientas, te veias muy comodo- Alardeó ligeramente Jotaro- Además que para mí no es ningún problema-

Dichas palabras sonrojaron al joven pelirojo el cual de sentó fingiendo estirarse.

-Bueno creo que debemos irnos Jotaro el señor Joestar y Avdol nos estarán esperando...-

-Al medio día, además pretendía invitarte a desayunar-

Dijo Jotaro de manera segura, estaba decidido a no perder a Kakyoin, su primer amor, alguien quien desde la infancia le robó el corazón, se sentó de manera que pudiera verle.

Kakyoin ante la propuesta dió una ligera sonrisa mientras tomaba su ropa.

-Dejame pensarlo unos minutos-

Dijo con una sonrisa ligeramente coqueta y entro al cuarto de baño, Jotaro quedó boquiabierto, se sentía frustrado ¿No le gustaba lo suficiente?

-¿Es necesario hacer este juego?- Dijo acercándose al cuarto de baño- ¿Es es un si?-

-Jotaro estoy en la ducha te contestaré cuando salga-

Jotaro no tenía la intención de moverse así que se recargo en la pared esperando a su compañero. Después de 10 minutos Kakyoin salió de aquel baño vistiendo su característico uniforme.

-¿Y bien?-

-¿No te cansaras de insistir verdad?-

-¿Contigo? ¡Nunca!- Dijo Jotaro acercándose peligrosamente a sus labios- ¿Entonces?-

Kakyoin sonrió ligeramente y asintió.

-Esta bien Jotaro-

-Bien...dame 5 minutos y nos vamos-

Apresurado Jotaro tomo un par de ropas limpias e ingreso al cuarto de baño, mientras Kakyoin secaba su pequeño mechón rebelde con una pequeña toalla viendo a la pequeña playa frente a el.

-¿Estás listo?- Pregunto Jotaro detrás de el, apretando sus manos para evitar abrazarle por su espalda, luciendo su característico atuendo escolar-

-¿Estás seguro que no nos meteremos en problemas?-Dijo con un semblante temeroso el pelirojo-¿Que tal si nos nece...-

Sus palabras fueron atoradas por un beso en la mejilla por parte de su contrario, aunque Jotaro permanecía seguro de lo que hacía, por dentro temía que no fuera de su agrado, o quiza, le pudiera molestar.

-Solo es un desayuno Kakyoin, no perderemos nada, y a medio día iremos al punto de reunión-

Le sonreía de tal manera que Kakyoin no podía resistir, una mirada que podría convencer hasta al mismo diablo.

-Esta bien...pero ni un minuto tarde ¿de acuerdo?- Advirtió Kakyoin mirandole a los ojos-

-Será como tú lo desees- Dijo colocandose un pequeño Rolex en su muñeca derecha- Andando entonces-

Dicho esto hizo un ademán para dejarle pasar primero, notando como con delicadeza acataba la señal mientras colocaba sus pendientes en forma de cerezas.

-¿A dónde tienes planeado ir?-

-No lo se, quizá encontremos algún restaurante cerca de la costa-

-¿Eso que quiere decir?- Dijo Kakyoin con cierto tono de sorpresa- ¿No tenias planeado esto?-

-No, tienes razón, pero,Es más interesante cuando la situación te sorprende ¿No lo crees?-

Kakyoin se ruborizó tratando de ver a otro lado mientras caminaba a lado de Jotaro saliendo del hotel, trataba de acomodar su característico mechón de varias maneras, cuando hubo un mano quien le detuvo.

-Dejalo así, me gusta como te vez-

Cerezas Y Cigarrillos (JotaKak)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora