Gena Silver creyó tener su vida resuelta , terminar el colegio, ir a la Universidad, recibirse de médica veterinaria, y más adelanté casarse y tener hijos. Una vida muy estructurada, llena de reglas y metas por cumplir, pero cuándo Brian Hanner, s...
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La decisión de estar con Danny ya estaba tomada, ya no queria ocultarle más a nadie que estábamos juntos, de modo que decidí ir al colegio acompañada por el, tomada de su mano.
Al llegar tuve que toparme con la mirada furiosa de Brian, quien al vernos, intentó avalanzarse hacia Danny, esforzándose por zafarse de los brazos de Jimmy y Johnny quienes lo sostenían para que este no se acercara a nosotros.
La cara de disgusto de los demás tampoco era menos, me miraban como si estuviera loca, lo que mas deseé en ese momento era salir de la vista de todos, pero trate de no pensar más en los demás y pensar en mi, en lo que estaba apostando con Danny, una relación seria, con la persona que me había esperado todo este tiempo.
—¿Estás segura Gena?— Preguntó danny al verme incomoda.
—¿Segura de que?—
—De esto, de lo que estamos haciendo, ¿en verdad quieres estar conmigo o estas asiendo esto por despecho, para encabronar al Haner?—
—¡Claro que no!— dije algo molesta y tomándolo de la cara continúe: —Danny, estoy haciendo esto porque es lo que deseo— roze mi nariz con la suya, poniéndome de puntas de pies ya que él era mucho más alto que yo. Danny sonrió y dijo:
—Perfecto, solo quería asegurarme que las cosas estuvieran claras— Tomándome de la cintura, me rodeo con sus brazos y me atrajo más hacia él para poder tenerme lo más cerca posible:
—Ahora si eres toda mía— dijo dándome un bruto, pero rico beso en los labios.
—¡Auch!— proteste al chocar bruscamente mis labios con los suyos.
—Perdona, es que es tanto el deseo de querer besarte que a veces quisiera comerte entera—
—¡Oye!, no soy comida— dije riendo y Danny bajándome de nuevo al piso dijo:
—Apuesto que serías el mejor de los postres— Sonrió, dándome otro apasionado beso, antes de marcharse.
Pase la mayor parte de mi día escolar, soportando las miradas intimidantes de Brian y las preguntas de los demás, sobre si estaba segura de lo que hacía o si me había vuelto loca.
El timbre del horario de salida fue lo mejor que me pudo pasar, después de un agobiante día.
Afuera ya me esperaba Danny, con su inseparable cigarrillo y un chocolate para mi.
—Hola, ¿esto es para mi?— le dije sacándole el chocolate de las manos y depositando un beso en sus labios.
—Claro, supuse que te gustan, ya que traías algunos aquella vez en que mi hermana se descompuso—
