Gena Silver creyó tener su vida resuelta , terminar el colegio, ir a la Universidad, recibirse de médica veterinaria, y más adelanté casarse y tener hijos. Una vida muy estructurada, llena de reglas y metas por cumplir, pero cuándo Brian Hanner, s...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La cena con mis padres estuvo maravillosa, disfrute estar en familia nuevamente y me alegro ver a mi padre bien, sus problemas de corazón lo habían tenido a mal llevar estos últimos meses y me preocupaba un poco, pero ahora verlo tan bien me alegro muchísimo.
Mamá me pregunto sobre la universidad, ella estaba presionándome para que me inscribiera, pero sinceramente no tenia cabeza para pensar en eso ahora, además no tenía decidido que carrera seguir aún.
Terminada la cena, me prepare para marcharme, ya se había echo muy tarde y no quería manejar de madrugada.
—¿Por que no te quedas hija?, es tarde para que andes por la calle sola— me propuso mi madre.
—Me llevaré el auto, nada me pasara— Respondí poniéndome la chaqueta.
—Pues de todas formas es peligroso—
—Andaré cuidado no te preocupes— le dije despidiéndola con un abrazo, y luego hice lo mismo con mi padre.
Salí de casa y me subí en mi auto de inmediato. Manejaba rumbo a mi departamento cuando vi a Ben y Danny por la calle, con una botella de cerveza cada uno. No parecían estar ebrios, pero se me hizo raro verlos por aquí, creí que estarían en la fiesta de cumpleaños de James.
Danny inclino su cabeza hacia un lado y al verme, levanto la mano saludándome, causándome un repentino hormigueo en el estomago, “mierda no” dije al ver que esté cruzaba la calle, iba a querer que me detuviera, joder.
Bajando la velocidad trate de tranquilizarme, no estaba lista para ver a Danny, era muy pronto y lo había extrañado bastante estos días, fue difícil para mi poder ponerme de pie y tratar de seguir con mi vida.
Me frene a un costado de la calle y dejando salir un suspiro, baje del auto mientras Danny caminaba hacia mí con una amplia sonrisa, traía unos jean rotos y una playera blanca, el cabello revuelto, y, ¿no traía zapatillas?, él estaba descalzo, ¿Qué demonios?... bueno era Danny, cualquier cosa era posible.
Se acerco a mi con los brazos extendidos y me levanto unos pocos centímetros en el aire, dándome un fuerte abrazo, olía tan rico, cerré mis ojos tratando de no concentrarme en su aroma ni en nada que me hiciera desestabilizar, entonces me concentré en que no traía zapatillas y volviendo a poner mis pies en el piso le dije:
—Danny ¿que rayos haces por la calle descalzo?— Eran exactamente las 12:00, ¿quién andaba descalzo a esta hora?
Danny solo sonrió y encogiéndose de hombros respondió:
—No me vez hace dos semanas ¿y lo primero que haces al verme es regañarme?— Me reí y bajando mi mirada, respondí, tímidamente:
