Dudas

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Yiren estaba tomando muy enserio su tratamiento, quedaba agotada con cada terapia, pero sabía que valía la pena un poco de dolor. Esa mañana estaba con Yan y con HaiKuan nuevamente, solo que en esa ocasión quién la acompañaba era su madre.
Xiao Zhan llegó al rato pues sería él quien le daría los masajes de rehabilitación al finalizar la terapia del día.

—Estoy muy feliz con su equipo doctor Xiao. Mi hija está feliz.

—Es nuestro trabajo, además su hija es una paciente muy obediente y fuerte.

—¡Mamá! ¿Verdad que el doctor Xiao es muy guapo?

Zhan se sonrojó por el cumplido de Yiren.

—¡Yiren! No seas imprudente.

—No se preocupe, todas las mujeres mueren por Xiao Zhan —habló HaiKuan despreocupado mientras ayudaba a Yan con la chica en la hidroterapia.

Todos rieron, mientras afuera de la sala se encontraba Yibo observado junto a Wenhan.

—La enana se ve contenta, la molestaré un poco —dijo Wenhan dispuesto a entrar, pero Yibo lo detuvo—. ¿No quieres que averigüe sobre ellos?

—¿Pero ahora?

—Obvio Bro —retiró la mano de Yibo de su brazo y entró a la sala—. Buenas, buenas.

—Wenhan... ¿Qué haces acá? —preguntó Yiren asombrada de verlo ahí parado.

—Buenos días, tía, doctores, enana —saludo alegremente el chico con la mano.

Tanto la señora Wang como los tres médicos correspondieron al saludo, mientras Yiren lo observaba muy seria esperando su respuesta.

—Vine a verte, andaba por acá cerca y no te encontré en tu habitación. Así que le pregunté a una hermosa enfermera —Wenhan se mordió el labio inferior e hizo la forma de la silueta de la supuesta enferma y la señora Wang lo fulminó con la mirada—, perdón tía. Y pues ella me dijo que tal vez podría verte en la sala de kinesiología. ¡Y aquí estoy!

—No hay lugar para otra persona más que para los doctores y un acompañante —le habló la chica muy seria—. Y deja de llamarme enana.

—No te preocupes por tu amigo, él puede quedarse —dijo Xiao Zhan esperando a que Yan terminará la terapia.

—Que agradable es usted —Wenhan le saco la lengua a Yiren burlesco.

—Bueno linda, eso es todo por hoy. Ahora los ejercicios con HaiKuan y el masaje final con Zhan.

—Muchas gracias Yan.

—Un placer ayudarte, vamos avanzando satisfactoriamente y eso es lo importante —la chica le sonrió y Wenhan se percató que efectivamente Yan era una chica muy atractiva.

De pronto se vio con dos miradas asesinas sobre su persona, efectivamente la de ambos médicos masculinos. Wenhan rió nervioso mientras miraba hacia otro lado especialmente hacia la puerta donde Yibo se llevaba la mano a cara por lo tonto y poco disimulado que a veces era su amigo.

—Ven acá —HaiKuan le entrego una toalla a Yan y la arropó a la vista de  todos—. Ve a cambiarte rápido, no vayas a enfermar.

—Gracias Liu, ayuda ahora a la señorita Wang para que también la madre la ayude a secarse y seguir los ejercicios luego contigo. Yo iré a la cafetería por un café. Nos vemos al rato chicos.

—Nos vemos —Xiao Zhan le sacudió los cabellos después de que Yan se sacará la gorra plástica—. Aunque podrías ir por nuestro almuerzo luego.

—Ahí veré qué hago.

Yan se dirigió a la señora Wang y a Wenhan.

—Me despido también de ustedes y sigan apoyando a Yiren.

Terapia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora