Terapia de amor

Unidos

Xiao Zhan había recibido el mensaje de HaiKuan que se fuera a casa lo más rápido posible después del trabajo, y así lo había hecho, dejando a Yiren lista con la terapia de rehabilitación se dispuso a tomar sus cosas y retirarse a casa.
Aún le rondaba la conversación con la señora Wang en la mañana, y es que todos sus planes cambiaban ahora. Quizás teniendo esa información podía acercarse a Yibo y aclarar la separación de hace cinco años atrás para quizás una nueva oportunidad o simplemente y con el dolor de su alma cerrar un ciclo, pero la mamá de su DiDi había sido sincera al decirle que él aún lo amaba.

Llegó al departamento y se fijó que aún estaba a oscuras, quizás los chicos habían salido a comprar la cena, pensó. Pero la fragancia que había en el ambiente le decía que alguien a quien conocía muy bien había estado ahí, camino por el pasillo angosto hacia su habitación y ahí se lo encontró a Jianguo junto a la foto de él y la cama algo desordenada.
Zhan frunció el ceño, algo estaba pasando ahí, ¿porque no estaban ni Yan ni HaiKuan por ningún lado? ¿Porque el aroma de la fragancia de Yibo estaba ahí? Miles de ideas surgieron en su cabeza, quiso llamar a su cuñado, pero solo fue a dar al buzón de voz lo mismo que con el Yan.

Cuando volvió a la sala la luz de la mesa al lado del sillón se encendió dejando a ver a Yibo. Xiao Zhan casi gritó del asombro.

—¿¡Yibo!? ¿Que estás haciendo aquí? —observó la sala, no había nadie más que ellos dos—. ¿Dónde es están mis compañeros?

—Si, soy yo. Estaba esperándote y no te preocupes por ellos que están en casa de tu madre ¿Alguna otra pregunta?

—¿Porque estás aquí? ¿Que buscas? —estaba nervioso con su Bo di al frente suyo.

—Necesitaba hablarte, busco respuestas Zhan-Ge.

—Yo también necesito hablar contigo, pero no sé por dónde empezar.

—Empieza por el hecho que aún me amas, que nunca has dejado de hacerlo. Que todo fue una farsa para salvar nuestras vidas, que cada día sigues pensando en mí... Como yo lo hago hasta el día de hoy... Ya sé que eres hermano de Yan que no hay nada entre ustedes, que todo fue un sucio plan de mi viejo para separarnos.

—Yi...

Yibo dio un paso al frente acortando la distancia entre él y Zhan, sin decir ni una palabra besó los labios que tanto anhelaba, su cuerpo tembló con el recibimiento que le dió su GeGe, quien no fue tímido al envolver sus brazos alrededor de su cuello.

Sus cuerpos volverían a entrar en contacto después de tanto tiempo, en que ninguno pudo olvidarse, estaban tatuados uno en la piel del otro y volverían a consumar ese amor nuevamente.

—Yibo, por favor. No es momento...

—Lo es para mí, te he recuperado Zhan-Ge, he vuelto a la vida sabiendo que me has amado siempre, que no hay nada ni nadie en tu vida más que yo —Yibo volvió a besarlo con más ganas.

Sus lenguas se tocaron ansiosas mientras sus manos corrían a deshacerse de lo que vestían, Yibo empujó a Zhan, comenzando a llevarlo hasta la habitación, en donde podían consumar sus deseos.

—He deseado hacer esto por tanto tiempo Zhan. —susurró Yibo besando su cuello una vez que lo tumbó en la cama.

Zhan enredó sus dedos en el cabello de Yibo y se mordió los labios sin poder resistirse a los besos y las caricias de Wang.

—Te extrañé demasiado Wang Yibo. —confesó Xiao antes de que sus labios volvieran a unirse.

Yibo guardó silencio, solo continuó besándolo mientras terminaba de quitarse lo que le quedaba de ropa, Zhan separó un poco sus piernas dejando a Wang entre ellas, sus erecciones se rozaron entre sí causándole un placer inimaginable. Yibo gruñó cuando sintió que Zhan se removió debajo de él, sabía que no aguantaría mucho, quería estar dentro de él.
Aún así no podía ir tan deprisa, sabía que su GeGe llevaba mucho tiempo sin ser tocado, no quería lastimarlo, al contrario, deseaba hacerlo sentir el cielo.