CONTIGO A LA FUERZA

Capitulo 19

Abro los ojos lentamente esperando que todo lo malo fuera una pesadilla. Pensando que los brazos de Liam estarán encima de mi cuerpo abrazándome a el, haciéndome sentir segura.

La luz me sega, muevo mi cabeza a la derecha, me incomodan los ojos, trato de llevar mi brazo derecho a mi cara pero no puedo, estoy cansada, poco a poco veo con claridad, pero este no es mi cuarto y tampoco es el de Liam.

Nunca quise creer ese dicho de que las cosas buenas no duran para siempre, quería pensar que al final el principe terminaba junto a la princesa, pero solo son cuentos, el mundo no siempre es lindo. Liam me demostró que ahi dolor, me demostró que el mundo esta lleno de miseria, pero luego me mostró que los monstruos cambian, me enseño que el amor lo puede todo. Y aquí estoy, feliz, porque si muero se que conocí el amor.

—Pensé que te perdí—escuchó esa voz burlona. Es Keven, jamas creí despreciar tanto a alguien en esta vida, pero que se joda.

Desearía haber dejado que Liam lo mate, pero no lo hice y ahora pago las consecuencias.

Volteo mi cara lentamente a el—yo jamas he sido tuya—digo con dificultad. Todo en mi duele, estoy cansada, siento que no podré resistir por mucho tiempo.

El se ríe, disfruta mi sufrimiento.

—No hagas esfuerzos, necesito que te recuperes pronto—dice fríamente para así desaparecer.

Si cree que le dare el gusto de tomar mas sangre de mi, se equivoca, prefiero acabar con mi vida primero.

Llevo mi mano izquierda con dificultad hasta la derecha. Me acerco hasta la hiringa y halo, haciendo que caiga al suelo. Veo la sangre salir y cierro los ojos.

—¿Que hiciste?—dice Keven acercándose. Abro los ojos, lo veo llevar un algodón y una cura hasta mi brazo.

Que tonta obvio que iba a oler mi sangre.

Abre unas gavetas, luego voltea acercándose ami y se ríe mientras clava una inyección en mi hombro, de pronto siento un peso increíble en mis ojos y los cierro.

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Abro los ojos de golpe sintiendo como algo atraviesa mi piel y me quema.

Veo a Keven pegado a mi cuello.

—No, suéltame—digo llevando mis manos a su pecho y tratando de que retroceda.

—Así que bella despertó—se aleja un poco y dice irónicamente. Veo su rostro, mi sangre esta alrededor de sus labios, sus ojos parecen los de un psicopata, no hay brillo, solo oscuridad.

—¿Porque me haces esto? Yo no te hice nada—digo con dificultad entre lágrimas.

Se ríe, para dejar salir sus colmillos y llevarlos hasta mi cuello nuevamente.

—Por favor, vas a matarme, para—digo llorando.

Me ignora, y siento sus colmillos atravesar mi piel de nuevo. Grito de dolor, muevo mis manos y piernas, pero no cede.

Alguien lo hala y lo avienta, no puedo ver, todo es borroso.

—Sácala de aquí—es todo lo que escuchó, pero se de quien es la voz.

—Liam—digo cerrando los ojos, alguien se acerca y agarra mi brazo. Siento como saca de mi piel la aguja, pone una curita y me carga en sus brazos.

La fría brisa me golpea, mi pobre y débil cuerpo tiembla.

¡Nose quien me tiene en sus brazos!

Mis ojos están muy cansados para abrirse, pero se que lo escuché y cualquiera que me tiene en sus brazos vino con el.

Me recuestan en una cama, es suave, como la mia, este cuarto tiene el mismo aroma, canela con vainilla.

—Necesitas tomar esto—dice una voz firme pero gentil.

—Jorge—susurró lentamente.

Lleva un vaso hasta mi boca, la abro y trago todo lo que ahi dentro, sabe espantoso, seguro es uno de esos jugos que Liam me hacia beber.

Cuando termino, el me ayuda a recostarme y mis ojos se cierran.

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Abro los ojos lentamente, nerviosa. Tengo miedo de seguir con Keven, todo es tan borroso  y confuso en mi mente que no sabría si estoy aquí o allá.

Cuando me doy cuenta que estoy en mi habitación, sonrió.

Es agradable estar en casa.

Se que va a ser difícil olvidar lo que paso, pero con Liam a mi lado todo es posible.

—¿Como te sientes?—dice Liam entrando a mi habitación.

—Bien ahora que estoy contigo—digo feliz, besa mi mano izquierda y sonrió.

Lo extrañe tanto.

—Quiero que salgamos de viaje—dice mas bien como un hecho y no una pregunta, su voz suena algo firme y seca, lo entiendo, no soy la única que sufrió estos días.

—¿Ahora?—preguntó dudosa.

El asiente con la mirada hacia el vacío.

Sonrió, quizás sea bueno respirar otras tierras.

—Vamos—dice acercándose ami—nuestras cosas esta listas—mira dos maletas.

—Esta bien—digo sonriendo.

Me toma en sus brazos y bajamos las escaleras.

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¿Adónde viajaran los tórtolos? ¿Será que las cosas podrán volver a ser como antes?

Sigamos leyendo y veamos.

XOXO