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Mateo

Si la mierda flota, ¿para qué me quejo?

Mejor hasta viejo me festejo por si un día los dejo

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—Ese es mi turro, loco. — me felicito Valentín después que le conté todo lo que sucedió en la clase ulterior. — Cuánto a que no nos joden más. — besó sus dedos repetidas veces, jurando lo que dice.

—Má' vale. — acoté yo. — Sino sabes qué.

—Ahí me comentaron que te andas hablando con la Palomita, ¿hay onda? — me codeo y yo negué con la cabeza. — Flaco, dos pasos y tres ya no la pones, Mateo. No haces una.

—Shh, callate estúpido. — le pegué un saque en la nuca y él se rió.

—Pero no querés nada con nadie, quién te entiende. — mordió su labio inferior.

—Yo extraño a Flor to...

—¡Pero sacatela de la cabeza! — me reta apoyando su espalda contra la columna y yo puse mi mano en el bolsillo de jean. — Por más que te cueste aceptarlo, Flor se fue y ya está, no hay chances, gato. En cambio Paloma está y es para vos.

—No quiero cagarla. — le digo en susurro por miedo a que nos escuchen los de alrededor.

—Arriesgate, bobo. — esta vez él me dio el saque en la nuca. — Vas a ver que todo va a re ir.

—No es arriesgarse, imbécil. — le confesé. — Mira si no le gusto y ni siquiera me da, voy a quedar como un pajero.

—¡Y averigualo, turro! — murmuró esta vez el.

—¿Cómo?

—Invitala a tu casa. — propuso.

—A vos te fallan las pocas neuronas que tenés, boludo. — le recordé y el rió. — ¿Vos te pensás que los viejos la van a dejar, aparte de venir justo conmigo?

—¿Y que tiene de malo? — insiste.

—Es La Boca, Valentín. Ella es de Almagro, ¿qué mierda tenés en la cabeza? — le hice montón con la mano.

—"Is Li Bici", putito. — se burla. — Me chupa un huevo, que los viejos no se enteren y ya está, Mateo.

—Vos estás cada vez peor, viejo. — negué y el se echó una carcajada. — No lo voy a hacer, no va a venir y ya está. Aparte hablamos dos palabras por días, exagerado.

—Tonto que sos. — me revolvió el pelo. — Si yo pude con Cata, vos podes con la Palomita.

—Deja de decirle Palomita que no le gusta ese apodo. — le advierto y él alza las cejas. — ¿Qué?

—Estás re bobo por ella, trolo. — se rió.

—¿Eh? — frunci el ceño, comenzandome a enojar.

—Sabe que le gusta y que no al turro. — festejó.

—No te banco más.— negué con la cabeza riendo.— Es obvio que no va a querer nada, Valentín.

—Sos un re cagón.— dice palmeando mis hombros.

• • •

—Se toma sin azúcar, bobo.— insulté al ojiazul y el negó con una sonrisa victoriosa. Estábamos yendo hacia la salida mientras que discutíamos cómo se tomaba con la chocolatada. Obviamente que se tomaba sin azúcar, pero este idiota no está listo para esta conversación.

—Que asco sin azúcar, boludo.— hizo una cara de asco.— Cuánto te odias para tomarla así.

—¡Mateo!— gritó apenas una voz conocida, ambos nos dimos vuelta y nos encontramos a Paloma.

—La famosa Palomita.— rió Valentín saludando a la castaña con un beso en la mejilla, lo cual ella aceptó con gusto. En cambio yo, le pegue una patada por detrás porque, primero, la llamó "Palomita" y me estaba dejando de buchon a mi. El castaño soltó un quejido de dolor disimulado mientras me miraba fulminante.

—Bueno, a lo que iba.— me sonrió.— Te quería pedir un favor, si tenes tiempo.

—Sí, decime.— dije lo más amable posible regalandole una sonrisa sin mostrar los dientes, A todo esto, Valentín estaba nada de reírse.

—Este finde mis viejos se van de viaje y no tengo dónde quedarme...— dijo y Valentín me miró.— Y Aylen y Rocío no van a estar en su casa, no tengo familiar cerca y el único que pensé que me podía salvar eras vos.

—Ah.— fue lo único que dije.

—Pará, si no podes me decís, no hace falta que...

—Sí que puedo.— reí para tranquilizarla.— ¿Cuándo se van tus viejos?

—Se fueron hace dos horas.— informó.— No jodo mucho, sólo pido comida, café, una cama y una frazada, te compro lo que quieras pero no tengo permiso de estar sola en la casa.

—De paso la adoptas, no pide tanto.— bromea valentín y la castaña se rió.

—Gracioso.— me río forzado y agite su oreja.
— Tranqui, te paso a buscar y te quedas.

—Dios, gracias.— me abrazó por los hombros y yo acepté ese abrazo con una risa de por medio, y Valentín hacia corazones "latiendo" con la mano.— En serio te prometo que no jodo con nada.— dice separándose.

—Hey, no vas a joder, tranqui.— le recordé.

—Te habló después.— saludó al castaño como lo hizo anteriormente y a mi también.

—Hoy Mateo va a coger y también se la va a comer.— festeja Valentín una vez que la castaña se alejó lo suficiente como para que no nos escuche.

—Cerrá el orto, pajero.— reí.

—Por fin le agarrás la pala.— siguió festejando.— No la cagues.

—No soy tan idiota.— me defendí.

—Si vos decís. — se burló y yo lo empuje jugando.— Ves que yo te dije que iba a ir sin qué los viejos se den cuenta, soy un vidente.

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no me convence mucho, pero es lo que hay bue

dared; trueno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora