Mateo
Tenemos la mercancía más buena
Luces rojas y azules de la sirena
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—¿Se van a callar o van a seguir contando chistes perdorros?— interrogue caminando a la par de ellos, estábamos cerca del galpón donde supuestamente estaba Manuel.
—No, para.— dice riendo Daniel con Valentín.— ¿Qué tienen en común un negro con un árbol de navidad?— siguió y yo suspiré.— Que los dos tienen bolas de color.— contó y los dos, Valentín y él, se echaron a reír como si les estuviese haciendo cosquillas.
—Son dos tarados.— negué aguantandome la risa.— ¿Cuánto falta?
—Está en la siguiente cuadra.— informó también riendo el ojiazul.— Le mandé mensajes a Manuel pero no contesta.
—Seguro está garchando y nosotros re preocupados.— argumentó y Daniel asintió, para después mirar para adelante y agarrarme de la campera.— Mirá para adelante.— susurró llevándome para atrás e hice caso.
Los tres vimos cómo llegaba una camioneta y se estacionaba en frente del galpón, de adentro salieron dos tipos, y al lado de ellos, el transa. Todos entraron al lugar y dieron una mirada rápida para después cerrar la puerta.
—Me siento Sherlock.— murmuró Daniel y se llevó un saque en la nuca por mi parte.
—Turro, llegó tu momento de brillar.— sobo mis hombros Valentín.
—¿Eh?
—Andá a gozarla, ya te expliqué lo que tenés que hacer.— me empujó para la siguiente cuadra y por dentro me queria matar.
Me puse la capucha mientras que mis amigos se sentaban a charlar y me miraban. Terminé de cruzar la calle suspirando y, una vez que llegué, toqué varias veces la puerta con un poco de fuerza ya que era muy grande como para que alguien me escuche.
—¿Quién e'?— preguntó la voz de un chabon, por lo que escuché joven, del otro lado. Por mi parte, no me digne a responder.— ¿Te comieron la lengua lo' ratone'?— carcajeo abriendo el portón como pudo, y cuando me vio, cambió su expresión por completo.— ¿Vo' quién so'?
—Mateo.— tartamudeo rascando mi nuca nervioso.— ¿Vos sos Dylan?
—El mismo, che.— vio de reojo lo que estaba alrededor mío.— ¿De dónde so'?
—De La Boca.— informé y él asintió.— Quería saber si conocías a Manuel.
—Hay como quinientos monos que se llaman Manuel, dame apellido.— acomodó su gorra para atrás.
—Vainstein, Manuel Vainstein.— acote y Dylan revoleo los ojos.— Es un amigo mío, vive cerca de mi barrio pero no lo encuentro por ningún lado, ¿vos sabés dónde lo podría encontrar?— consulté.
—¿Viniste con alguien?— interrogó y yo negué, acto seguido me agarró de la campera y me trajo adentro del galpón. Por momentos me asusté, ahora no sabía cómo iba a hacer para salir, era pésimo para inventar excusas.
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dared; trueno.
Fiksi PenggemarD || "La traje a La Boca y se quedó conmigo, quedó enamorada de un wacho atrevido" Donde Mateo, pibe de barrio, se enamora de la más cheta del curso y siente que su vida se desarma de a poco. 1° TEMP. COMPLETA - INICIADA EN MARZO 2020, FINALIZADA EN...