Mateo
Estoy en esos tiempos en que gota a gota
La mente se agota, pasan los días y apenas lo notas.
• • •
—No te vayas.— se aferró más la morocha mientras yo la sostenía de los muslos. Estaba trepada como un koala.
—Van a venir tus viejos.— repito pero ella se quedó intacta en su lugar.— Te llamo cuando llegue.
—Pero no quiero que te vayas.— insiste lloriqueando.— Perdón, soy una instensa de mierda.
—No, che. A mí me encanta que sean intensos conmigo.— la abrace de nuevo con fuerza y ella escondió su rostro en mi cuello.
—¿Estás seguro que no querés que llame un uber?— pregunta de nuevo separándose de repente.— Mirá que tengo amigos que te pueden llevar...
—Palo, ¿qué te pasa?— reí por lo bajo, sentía que estaba más pendiente de lo normal.— Me voy a encontrar con los chicos a cinco cuadras de acá.
—Bueno, perdón.— se cruzó de brazos.— Es que casi te afanan ayer y te rajan un tiro, Mateo.
—¿Es por eso?— interrogue y la morocha asintió.— No me va a pasar nada, Pachu.
—¿Y si sí?— interrumpe.
—¿Desde cuándo te preocupas tanto por mí?— me agache para estar a su altura.— Tranquila.
—Bueno, pero me avisas apenas pisas la cuadra.— advierte mirándome fijo.— Perdón, parezco tu novia y no lo soy.— suspiró bajando la mirada.
—No digas eso.— frunci el ceño.— Si vos no hablas con tus viejos , yo no puedo hacer nada.
—Bueno, che. Es difícil hablar con ellos.— se defiende acomodando su pelo para un costado.
—¿Por qué a vos te queda mejor el morocho que a mí?— consulté mirándolo y ella rió.— Ah, cierto que soy peluquero y que lo hice yo.
—Sí, pero te recuerdo. Vos llegas a tocarte los rulos y te surto.— me señala con el dedo índice.
—Yo ya estaba buscando la fecha para hacerme el lenguetazo.— informé y ella me miró mal.— Bueno, me voy porque sino los chicos me van a cagar a pedo.
—Dale, anda tranqui'.— me sonríe y me da un beso en la mejilla, pero a la vez sabía que me iba a decir algo más, un instinto raro.
—Te vuelvo a decir que no me va a pasar nada.— me di vuelta antes que cierre la puerta, ella asintió.— Te amo.
—Yo más, turro.— me guiñó y finalmente cerró la puerta. Yo me quedé más enamorado de lo que ya estaba.
Comencé a caminar mientras me ponía los auriculares para escuchar música así no se me hacía más largo el viaje, al principio miré toda la calle y estaba oscura, no era tan tarde, casi siete de la tarde, pero al ser época de invierno ya el día duraba mucho menos que en el verano. La primera canción que apareció es una de mis favoritas; "Es épico" de Canserbero, me bajoneaba mucho saber que se nos fue un ídolo.
—Hoy voy a vengar a mi hermano como le juré a mi padre, diente por diente, ojo por ojo es esto.— tarareaba a medida que avanzaba de a poco y dejaba que la base retumbe en mis oídos.
—Una bicha prestada porque no soy hampa, pero la rabia que siento no escampa, es tanta que me ahoga.— me sigue la canción una voz conocida mientras se situaba a mí lado, frunci el ceño y me saqué los auriculares. No sabía quién era.— Tenías alto el volumen.— ríe mí amigo.
—¡¿Qué hacés acá, gil?!— frené el camino mientras me agarraba la cabeza con emoción.— Manuel, la puta madre.— lo abracé sin esperar un segundo más.
—Me sacaron, wacho.— festeja entre risas.
—¿Y por qué no avisas, imbécil?— lo empujé cambiando mí humor.— ¿Te pensas que somos adivinos con los wachos?
—Y si me largaron hace una hora, flaco. ¿Qué voy a saber yo?— hace montón con la mano.— ¿No extrañaste a tu trolo favorito?
—Obvio, pelado.— golpeé sus hombros.— Cinco meses pasaron, Manuel. La yuta se sacó la gorra.
—Y bueno, papito se portó bien, papito tiene premio.— se agranda.
—Están los chicos en el parque Centenario, ¿querés venir?
—Si se acuerdan de mí, capaz.— alzó los hombros.— ¿De dónde salías vos?— saca tema de conversación una vez que comenzamos a avanzar hacia el lugar de encuentro.
—De la casa de una amiga...
—¿La pusiste?— abre los ojos de par en par.— Le diste a la empanada, ¿o no?
—¿Eh? No, nada que ver.— carcajee.— Estamos ahí, en algo.
—¿Cómo se llama?
—Paloma, fue la wacha del tincho.— aclaré mí garganta.— Pero a la semana dejaron todo, bue', el la dejó.
—Y vos aprovechaste como tu amigo fiel Manucho te enseñó.— felicitó.— ¿Es linda?
—Hermosa, pa.— la recordé.— Pero no podemos estar así, tipo posta. Los viejos no quieren turros en la casa.
—Vestite de corbatita y llevales un vino de botella.— propone haciéndome reír.— Si la mina te menea el pito, dale para adelante.
—Yo le re daría para adelante, pero el otro día llamó Florencia.— suspiré.— Me preguntó si podíamos volver a intentarlo, pero le dije que no.
—Bien, hay que pisar a la lombriz cajetuda.— abuchea.— Si tenés la oportunidad de sacarte a los viejos de encima, lo hacés, sino te mato de una piña.
—Pero Valentín también está en la mía, eh.— advierto.— Dani no pega una.
—Pero Valentín... bueno, es Valentín, no va ni adelante ni atrás.— alza los hombros.— Mirá quiénes están allá.— señala con la mirada y efectivamente estaban nuestros temas de conversación sentados en una banca mientras fumaban y tomaban de todo un poco.
—Te ven y te matan.— ladee mí cabeza hacia un costado.
—Turro...— nos mira Valentín a mí y a Manuel, al percatarse que nuestro amigo estaba a mí lado, tiro el porro que acababa de mechar y el vino en cartón casi se le escapa de las manos.— ¡¿Qué hacés acá, puto?!
—¡¿Qué hacés, kiwi?!— grita esta vez Daniel dándose vuelta ya que estaba dándonos la espalda.
—¿Me pueden dejar de putear y venir a recibirme como un rey salido de una jungla?— reprocha y ambos se pararon para ir a abrazarlo con todas las fuerzas que les quedaban del día.
—Te extrañabamos, amigo.— susurra en medio del acto poco común Valentín.
—Yo a ustedes, cabrones.
• • •
ahora son los cuatro mosqueteros trolos😭igual no se emocionen que va a venir el huracán de quilombos
ESTÁS LEYENDO
dared; trueno.
FanfictionD || "La traje a La Boca y se quedó conmigo, quedó enamorada de un wacho atrevido" Donde Mateo, pibe de barrio, se enamora de la más cheta del curso y siente que su vida se desarma de a poco. 1° TEMP. COMPLETA - INICIADA EN MARZO 2020, FINALIZADA EN...